El futbolista del Real Madrid Cristiano Ronaldo ha declarado este lunes en los jugados de Pozuelo de Alarcón en calidad de investigado por cuatro delitos contra la Hacienda Pública, por supuestamente evadir, entre los años 2011 y 2014, un total de 14,7 millones de euros derivados de sus derechos de imagen.
Según informan los medios locales, que citan "fuentes presentes en el interrogatorio", Ronaldo ha defendido que todas sus declaraciones a Hacienda son correctas, que nunca tuvo intención de evadir y que él ha cumplido las normas. Además, el jugador del Real Madrid ha señalado directamente a sus asesores fiscales como los responsables de los presuntos delitos de fraude fiscal. "Yo confiaba en mis asesores", ha afirmado ante la jueza.
La declaración de Ronaldo se ha realizado a puerta cerrada, al estar las diligencias en fase de investigación. Además, el delantero luso finalmente no ha entrado por la puerta principal, sino que lo hizo a través del garaje del edificio. Tampoco ha concedido una declaración oficial a la prensa tras finalizar su comparecencia, tal y como estaba previsto.
La defensa argumenta que son rentas obtenidas fuera de España
Desde que se saltó a la luz la denuncia de la Fiscalía, la defensa del jugador, que ejerce el despacho de abogados Baker&McKenzie, ha negado que Ronaldo quisiera ocultar sus ingresos a Hacienda. En este sentido, el equipo basará su defensa en demostrar que los derechos de imagen del futbolista son de anuncios y otros eventos realizados por empresas que difunden la imagen del delantero fuera de España.
Así, el informe de la consultora Nielsen, contratada por su equipo de abogados, dictamina que solo el 6,1% de los ingresos cobrados por derechos de imagen de Cristiano Ronaldo son de "fuente española", y por tanto, sujetos a tributación en este país.
Sin embargo, la Fiscalía acusa a Ronaldo de crear, supuestamente, una estructura societaria en 2010, el año siguiente a su fichaje por el club blanco, para ocultar a Hacienda las rentas generadas en España por sus derechos de imagen, algo que, en palabras de la Fiscalía, supone un incumplimiento "voluntario" y "consciente" de sus obligaciones fiscales.
28 millones de euros y 7 años de prisión
En este sentido, las cuotas tributarias supuestamente defraudadas por Ronaldo fueron de 1,39 millones de euros en 2011; 1,66millones en 2012; 3,2millones en 2013 y 8,5millones en 2014. Todas estas cantidades superan los 120.000 euros anuales, que convierten el fraude fiscal en delito.
Por su parte, el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha, ha advertido de que el jugador portugués podría ser multado con un mínimo de 28 millones de euros si se demuestra su culpabilidad y que los delitos fiscales, tres de ellos agravados, según el Código Penal español, implicarían la petición de una pena mínima de siete años de prisión.
"El caso de Cristiano Ronaldo es un caso paradigmático de una persona que tiene el privilegio de tener un sistema de tributación conocido como la 'Ley Beckham', que no solamente hace que tribute a un tipo impositivo a la mitad de lo que es, sino que, además, con el segundo privilegio de esa norma, solamente tributa en España las rentas que se consideren obtenidas en este país, y no las que se obtengan en otros territorios, en otro países", explica a RT José María Mollinedo, secretario general de Gestha.
La 'Ley Beckham'
Aún así, según explica Mollinedo, "primero la Agencia Tributaria y posteriormente la Fiscalía consideran que hay indicios racionales, indicios muy consolidados, de que la actitud defraudatoria de Cristiano Ronaldo se ha realizado de forma dolosa y estaría incurso en varios delitos fiscales. Algunos de ellos, para los ejercicios 2012 y 2013, delitos agravados".
El Régimen Especial de Impatriados, más conocido como 'Ley Beckham', fue aprobado en 2004 con el objetivo de atraer a directivos y a personal cualificado extranjero. Esta norma permitía que los trabajadores desplazados que cambiasen su residencia fiscal a España tuvieran una reducción fiscal en el IRPF (un 24% frente a un 43%) y que, además, solo tuviesen que tributar por rentas obtenidas en España.
Así, la citada norma se convirtió en la estrategia perfecta para los grandes clubes de fútbol españoles, que podían fichar a los mejores jugadores del mundo, ofreciéndoles unos impuestos mucho más bajos de los que tendrían que pagar en otros países. De hecho, se le denominó popularmente 'Ley Beckham' porque uno de los primeros que se acogió a esta norma fue el futbolista inglés David Beckham, que en aquel año jugaba en el Real Madrid.
María Jesús Vigo Pastur