En Ciudad de México, casi 1.000 ciudadanos acudieron ante el notario para firmar un documento sobre cómo quieren acabar su vida en caso de una enfermedad terminal. A principios de este año, la capital aprobó la nueva Constitución de la ciudad, que incluye un apartado sobre el derecho a una muerte digna. Un apartado del artículo 6 reza que "la vida digna contiene implícitamente el derecho a una muerte digna".
La normativa ha producido una confusión, ya que algunos la interpretaron como una autorización de la eutanasia. Ello ha generado una gran polémica entre la sociedad, la Iglesia católica y el sector médico.
Muerte digna o autorización de eutanasia
Aún existen varias dudas, pues no se ha precisado si una muerte digna equivaldrá a la eutanasia, una acción realizada por una tercera persona que acelera la muerte del afectado, o al suicidio asistido, cuando el paciente decide morir al tomar medicamentos prescritos por un doctor.
En este respecto, el doctor Ferdinard Recio, responsable del Programa de Ciudados Paliativos de la Ciudad de México, ha afirmado que no se tiene "porque hablar de muerte digna igual a eutanasia". "En México, si se tuviera que legalizar la eutanasia, tendríamos que transformar el Código Penal, empezando por ahí", ha aclarado.
Los médicos consideran que existe un gran desconocimiento en el país sobre la eutanasia y las opciones que tiene un ciudadano para elegir cómo concluir su vida. En este sentido, el doctor ha indicado que "nos reímos de la muerte, pero no nos gusta analizar lo que va a ser nuestra muerte o el cómo queremos nuestra muerte".
Lo que si ha quedado en claro es el posicionamiento de la Iglesia católica al respecto. Esta ha afirmado que esta idea es un delito y calificó a la capital mexicana como una ciudad asesina. Este planteamiento ha sido contestado por Jesús Ortega, del Partido de la Revolución Democrática, que ha señalado que "vivimos en un país en donde existe un Estado laico".
El debate se agudizó al ya existir en la Ciudad de México una Ley de Voluntad Anticipada. Creada en el 2008, tiene como propósito defender lo que desea el paciente antes de morir, si quiere prolongar o no su vida mediante tratamientos médicos.
El 2015 fue el año en el que se llevó a cabo la primer eutanasia legal en Colombia, convirtiéndose así en el primer país de Latinoamérica en llevar a cabo esta práctica. Para el resto de las naciones de la región, aún existen barreras culturales, sociales y religiosas que juegan un papel muy importante en el tema de la muerte asistida. La capital mexicana se ha mostrado accesible con la moción del bien morir, pero sin duda seguirá siendo un tema polémico tanto en México como en muchas partes del mundo.