El futuro de Siria e Irak, como el de todo Oriente Medio, es "nebuloso y poco predecible", sostiene Leonid Isáyev, profesor de la Escuela Superior de Economía, una de las universidades más prestigiosas de Rusia. La derrota del Estado Islámico no significa la resolución de los problemas que lo generaron, dice. "Por lo tanto, no podrá garantizarle una estabilidad o el posterior desarrollo equilibrado a la región".
Durante toda la historia moderna Occidente no ha permitido a los pueblos árabes elegir y seguir su propia concepción del mundo, afirma el politólogo en un artículo publicado por el periódico 'Védomosti'. Sin embargo, "después de la primavera árabe Oriente Medio necesita una nueva arquitectura de seguridad y los actores regionales tendrán que construirla apoyándose mayormente sobre sus propias fuerzas, algo que en sí es un serio desafío".
A partir del acuerdo secreto de Sykes-Picot, que en 1916, en medio de la I Guerra Mundial, contempló la destrucción del Imperio otomano, todas las decisiones se tomaban fuera de la región. Como consecuencia de eso, "el sistema existente de Estados en Oriente Medio ha sido una realidad con la que las élites regionales tenían que conformarse". Ahora presenciamos los primeros intentos de alterar dicha situación.
Uno de esos intentos ha sido el Estado Islámico y el otro está relacionado con la propagación de la influencia kurda, opina Isáyev. Las dos fuerzas "atentaron abiertamente contra el orden administrativo territorial" establecido. Aunque el EI pierde, mientras que los kurdos ganan la lucha, de momento "es difícil hacer suposiciones sobre quién podría ser el nuevo arquitecto", admite.
El científico ve el problema prioritario en la "ausencia de la sensibilidad ante las amenazas existentes en los actores regionales". Incluso los países árabes están desunidos en la comprensión de estas amenazas. En estas condiciones son previsibles nuevos conflictos, mientras se moldea la nueva "arquitectura".