Los efectos del calentamiento global son ya más que evidentes. Desde 1950, la atmósfera y los océanos se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, y el nivel del mar se ha elevado. Además, todos estos cambios se han acelerado en los últimos años, los más calurosos desde que se tienen registros.
En cualquier caso, cada país y cada región del mundo está amenazada de manera diferente por el calentamiento global. Sin embargo, en este punto, los científicos coinciden: el Mediterráneo es una de las zonas del planeta más sensibles a los cambios en el sistema climático.
La cuenta del Mediterráneo: muy sensible a los cambios climáticos
"El Mediterráneo es una de las zonas donde están previstos cambios de temperatura más drásticos, junto a otras zonas como, por ejemplo, el Ártico", explicó a RT Iris Hendriks, investigadora que trabaja en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), un centro mixto entre la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El problema, según la científica, es que el Mediterráneo "es un mar cerrado", lo que conlleva, entre otros, "que los organismos que viven" en él "no puedan migrar más al norte".
Solo durante los últimos 20 años, el nivel de agua del mar Meditarráneo ha ascendido unos tres centímetros por década. Asimismo, la temperatura atmosférica es hoy, de media, 1,5ºC superior a la registrada a principios del siglo XX, aunque en algunas áreas este incremento se ha producido en solo 50 años. Y la tendencia es que estos cambios en el sistema climático se vayan acelerando: a finales de este siglo, el nivel del mar habrá aumento entre medio metro y un metro y la temperatura atmosférica sufrirá un incremento de entre 3ºC y 5ºC.
Sin embargo, el Acuerdo de París se marcó como límite ideal no sobrepasar los 1,5ºC de la temperatura respecto a los niveles preindustriales y, en ningún caso, superar los 2ºC. Por encima de esta última cifra, los veranos serán mucho más largos y las olas de calor serán más frecuentes. El mar anegará playas, paseos marítimos y algunas zonas residenciales. Las consecuencia serían dramáticas para los ecosistemas mediterráneos, "en una forma que no ha tenido precedentes en los últimos 10.000 años".
España se convertirá en un desierto a finales de siglo
Así lo afirman los expertos en clima Joel Guiot y Wolfgang Cramen, del Centro Europeo de Geociencias Ambientales, en un reciente estudio publicado en la revista 'Science'. Los investigadores, además, aseguran que si no se hace nada para limitar el calentamiento global, todo el sur de España se convertirá en un desierto. Otras zonas de la cuenta Mediterránea, como el sur de Italia y Grecia, tendrían un futuro similar.
Aunque las sequías son naturales en el clima Mediterráneo, el problema es que el cambio climático está intensificando su recurrencia e intensidad. Según Greenpeace, un tercio de España ya sufre una tasa de desertificación muy alta y, si no se toman medidas urgentemente, esa superficie árida seguirá creciendo. "La sobreexplotación de los recursos hídricos, las malas prácticas agrarias en zonas de pendiente, el sobrepastoreo, la agricultura intensiva y la urbanización irracional resultan también responsables de esta situación", asegura la ONG en un comunicado.
Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente también ha advertido sobre los riesgos del calentamiento global para España en un informe publicado el pasado mes de marzo. Según el Gobierno español, "la desertificación es ya un problema real" en más de dos tercios del territorio, agravado por la falta de lluvias y las temperaturas más altas. Además, el 80% del territorio total de España está en riesgo de transformarse en un desierto en lo que queda del presente siglo. Las zonas que más peligro corren son el norte de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, el Valle del Ebro, así como el sur de Cataluña y la submeseta norte.
Un presupuesto de carbono total para el planeta
Los expertos en la materia no han cesado de publicar estudios en los últimos años advirtiendo a gobiernos, empresas y ciudadanos: para contener el cambio climático es necesario reducir de forma sustancial y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero. "Es la hora de tomar responsabilidad, no podemos seguir destruyendo el planeta", apunta la investigadora del IMEDEA, que explica la necesidad de fomentar las energías sostenibles, como la solar, comprar coches que sean más limpios para el medioambiente o reducir la cantidad de plástico que consumimos.
Los científicos han calculado que existe un "presupuesto total de carbono", fijado entre las 150 y las 1.050 gigatoneladas, para no superar el límite ideal de 1,5ºC establecido en el Acuerdo de París. Aunque las emisiones de carbono se han estabilizado en los dos últimos años en cerca de 41 gigatoneladas al año, esto significa que en solo cuatro años se alcanzaría el rango más bajo de este presupuesto y en 15 años habríamos gastado la mitad.
Por ello, seis destacados científicos y diplomáticos, incluyendo la investigadora y ex responsable de medioambiente de la ONU Christiana Figueres y el físico Stefan Rahmstorf, publicaron una carta en la revista científica 'Nature', el pasado mes de junio, en la que advierten: el mundo tiene tres años para reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero o el cambio climático afectará peligrosamente a la humanidad.
María Jesús Vigo Pastur