Pekín parece mostrarse indiferente ante la inminente investigación por parte de EE.UU. sobre el manejo inapropiado que hace China de la propiedad intelectual estadounidense, así como lo que consideran prácticas comerciales desleales. Se esperaba que el anuncio de las nuevas medidas se pronunciara el viernes, pero fue pospuesta.
La sección 301 de la Ley de Comercio de 1974 faculta al presidente norteamericano para imponer unilateralmente aranceles u otras sanciones comerciales con objeto de proteger la economía estadounidense ante "prácticas comerciales desleales" de países extranjeros, tales como violaciones de acuerdos comerciales y acciones "discriminatorias" contra las compañías estadounidenses.
Tácticas de "intimidación" de EE.UU.
El Ministerio de Comercio chino indicó el jueves que el país asiático está dispuesto a trabajar con EE.UU. para resolver las diferencias, con el argumento de que el comercio beneficia a ambas partes.
China no tendrá más remedio que tomar medidas de represalia
"La relación comercial entre China y EE.UU. es (...) mutuamente beneficiosa, y la cooperación beneficiaría a ambas partes, mientras que una pugna las perjudicaría muchísimo", señaló el portavoz del ministerio, Gao Feng, quien agregó que los conflictos sobre las prácticas comerciales deben resolverse a través de la Organización Mundial del Comercio e intentó minimizar la preocupación por cómo maneja China los derechos de propiedad intelectual de las compañías extranjeras.
"Imponer aranceles y restricciones a las importaciones chinas no beneficiaría a los intereses de ninguna de las partes, ya que China no tendrá más remedio que tomar medidas de represalia, allanando así el camino para una guerra comercial", escribió el diario 'China Daily'.
Otro periódico chino, 'Global Times', publicó el comentario de un experto que calificó las tácticas estadounidenses como "intimidación". "Son tácticas de negociación intimidatorias de Trump, que trata de presionar a China para que cumpla unas demandas irrazonables que solo benefician a EE.UU.", dijo Mei Xinyu, investigador asociado de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica, y aseguró que Pekín cuenta con "muchas herramientas" para responder a Washington.
Por su parte, las compañías de EE.UU. están preocupadas por cómo el Gobierno de Trump planea gestionar las investigaciones y las consecuencias que eso podría tener para sus negocios. La preocupación por el posible impacto de la iniciativa de la Casa Blanca también fue expresada por la OMC.
"Es un intento de desviar la atención de Corea del Norte"
El especialista en inversiones y banca de Hong Kong Andrew Leung comentó a RT que las medidas de Trump son un intento de distraer a la opinión pública de su incapacidad para resolver el problema de Corea del Norte. "El deterioro de las relaciones con China es típica del temperamento caprichoso y de corto alcance de Donald Trump", dijo Leung.
"Como parece incapaz de resolver la crisis norcoreana, está desahogando su ira y tratando de desviar la atención pública hacia China, como si China por si sola pudiera resolver lo que básicamente es un profundo problema de desconfianza entre Pionyang y Washington", agregó el experto, quien también aseguró que no se debe subestimar el posible daño económico que el gigante asiático podría causar a EE.UU.