Comentando sobre la posibilidad de unas negociaciones entre Washington y Pionyang, el exoficial del Pentágono Michael Maloof señaló a RT que en estos momentos ambos gobiernos "están colocándose en posición".
El experto indicó que la retórica del presidente estadounidense Donald Trump es "por naturaleza, grandilocuente y conflictiva". Según él, Trump "ya lo ha hecho antes con Corea del Norte, y luego ha retrocedido. Advirtió a Irán, y no sucedió nada", recordó.
"Básicamente, es para avisar, por un lado, y luego, al mismo tiempo, para trabajar entre bastidores y hacer algo diplomático. Es casi como jugar a policía bueno, policía malo ", agregó.
A juicio de Maloof, si EE.UU. quisiera, podría junto con sus aliados de la región "acabar con Corea del Norte en media hora con armas no nucleares", pero esto sería un "desastre total". El especialista destacó que China no quiere esto ocurra.
"Creo que esto es básicamente una señal a China para que se ponga manos en la obra y consiga que 'su chico' espabile un poco", estimó. Maloof también apuntó a que sería un "desastre" si Corea del Sur avanza con el desarrollo de misiles balísticos más potentes, porque esto daría origen a una carrera armamentística en la península.
"El único tipo de lenguaje que entiende EE.UU."
Por su parte, director del Instituto Ludwig von Mises (Alabama, EE.UU.), Lew Rockwell, declaró a RT que el lenguaje que EE.UU. entiende y utiliza con Pionyang no es el lenguaje de la diplomacia.
En su opinión, "EE.UU. se siente encantado amenazando con destruirlos, como ya destruyeron y cambiaron el régimen de muchos países del mundo. Podríamos decir que EE.UU. solo entiende ese tipo de lenguaje", sostuvo.
Sin embargo, el experto advirtió que seguir amenazando no es bueno para nadie. Corea del Norte tiene, o pretende tener, fuerzas de disuasión nuclear, pero precisamente "la única razón por la que las tienen es para evitar ser exterminados por EE.UU.".
"Si ocurriera lo peor, [Pionyang] podría arrasar Corea del Sur y también Japón, y hacer daño a China y Rusia. Por supuesto, las tropas de ocupación estadounidenses desplegadas Corea del Sur también acabarían muertas. Esto es algo que nadie querría que pasara. Así que el camino para calmar las cosas es dejar de lanzar amenazas", sentenció.
Rockwell asimismo sugirió que Seúl debería hacerse cargo del problema con su vecino del norte.
"Quieren la paz con Corea del Norte, y les gustaría que todo esto bajara el tono", indicó. "No quieren misiles y tropas estadounidenses en su país. ¿Y si dejaran que el primer ministro de Corea del Sur, que era un defensor de la paz, se reuniera con los norcoreanos? ¿Por qué es esto un asunto de Estados Unidos?", planteó.
A su vez, el analista senior de la compañía de divisas OANDA Craig Erlam alertó que "el problema con estas situaciones es que siempre pueden escalar rápidamente y pueden ser muy impredecibles".