Además del peligro para el mundo de las tensiones actuales en torno al programa nuclear norcoreano, hay otro país que supone una amenaza planetaria. Tiene armas nucleares y está sumido en la inestabilidad casi de manera permanente. Se trata de Pakistán.
Pese a ser a día de hoy la más inestable potencia nuclear, no se encuentra en el centro de los focos, indica un artículo del portal ruso Zvezda dedicado a los diversos conflictos que afronta este país tan peligrosamente armado.
La zona tribal y otras fronteras de la discordia
Tradicionalmente, la India acusa a Pakistán de las actividades terroristas que se producen en la zona fronteriza. Por ejemplo, Nueva Deli resposabilizó a Kabul del atentado de Mumbái en 2008. Pero la India no es el único problema de Pakistán.
Un elemento principal de la política de este país es el movimiento talibán. En muchos aspectos es un producto de la actividad de los servicios secretos de Pakistán, los cuales trataban de llevar a cabo sus objetivos en el vecino Afganistán a través de este movimiento terrorista. Incluso la campaña militar de EE.UU. que comenzó en 2001 no conllevó la ruptura final de Inteligencia pakistaní con este movimiento radical.
Los vínculos entre Islamabad y los talibanes fueron ampliamente denunciados por WikiLeaks, así como por algunos exfuncionarios de alto grado de Afganistán y la India. Las declaraciones en este sentido más recientes son del propio 2017.
El problema es que los residentes de algunas áreas del propio Pakistán son pastunes, al igual que la mayoría de los integrantes del movimiento talibán. También lo es la mayoría de la población afgana. Es por eso por lo que en 2004 se produjo incluso una confrontación militar entre el Islamabad oficial y los clanes pastún de Waziristán, que es una región montañosa del noroeste de Pakistán fronteriza con Afganistán. Además, desde entonces el conflicto ha tomado la forma de operaciones militares a gran escala. Waziristán forma parte de la llamada zona tribal de Pakistán.
Zonas fuera del control estatal
Según la Constitución pakistaní, la jurisdicción de los tribunales y, en concreto, del Supremo no se aplica en dicha zona, oficialmente bajo administración federal. Estos territorios están en gran medida controlados por los talibanes o sus partidarios. Por lo tanto, históricamente han sido un trampolín para librar una guerra contra el Kabul oficial.
Pero los problemas en Pakistán, así como los de sus vecinos, no se hallan solo en las líneas Pakistán-talibán-pastún-Afganistán y Pakistán-Cachemira-India. Otros problemas son el Baluchistán pakistaní, el propio pueblo baluchi y la frontera con el vecino Irán.
Los baluchis viven tanto en Pakistán como en Irán, y en ambos Estados existe un problema separatista. Sin embargo, en Pakistán los extremistas baluchis se sienten tan cómodos que se permiten atacar incluso al vecino Irán. En los últimos años Islamabad no ha podido establecer el orden en esta zona.
¿Puede este país desencadenar una guerra nuclear?
¿Hay alguna maldición que pese sobre Pakistán a la luz de tantos problemas? Es un país lleno de contradicciones y domésticamente muy inestable.
Además, Pakistán es muy pobre. Diversos aspectos de su acontecer cotiano parecen ser heredados de la época medieval, como, por ejemplo, la pena capital por "blasfemia". Las autoridades no son capaces de cambiar las cosas.
A este cóctel hay que añadir el pequeño 'detalle' de que se trata de un país poseedor de las armas más terribles del mundo y además en cantidades bastante superiores a las de Corea del Norte.
Por lo tanto, las grandes potencias se ven 'obligadas' a ayudar a Pakistán de alguna manera, aunque este país no sea miembro del Tratado sobre la No Proliferación Nuclear.
Entretanto, China está construyendo centrales nucleares en Pakistán, mientras que EE.UU. brinda a sus Fuerzas Armadas ayuda a la hora de garantizar la seguridad de su arsenal nuclear y sus componentes.