Este sábado la ciudad de Charlottesville (Virginia, Estados Unidos) ha acaparado la atención por los fuertes enfrentamientos entre ultraderechistas que protestaron contra la demolición de la estatua de Robert E. Lee, un monumento confederado, y los activistas que salieron a las calles para hacer frente a los supremacistas blancos. Debido a los disturbios, las autoridades declararon el estado de emergencia.
Un conductor atropella a la multitud con su auto
En medio de la violencia que se desató entre los manifestantes de ambos bandos, un auto embistió a una multitud. Según testigos, el conductor atropelló a los activistas de la contraprotesta. Como resultado, una mujer de 32 años murió y al menos 19 personas resultaron heridas.
La Policía detuvo al conductor del vehículo, el residente del estado de Ohio James Alex Fields Jr., de 20 años. Fields se enfrenta a cargos de asesinato en segundo grado, lesiones dolosas y es acusado de abandonar la escena del accidente que terminó con una muerte.
Accidente fatal de un helicóptero policial
En un bosque próximo a Charlottesville se accidentó un helicóptero policial que se dirigía a la ciudad como refuerzo para la Policía en medio de los disturbios. Los dos ocupantes de la aeronave murieron. Las causas del accidente se desconocen y la investigación de lo sucedido está en curso.
Víctimas de la violencia
Además de dos fallecidos en el accidente de helicóptero, y un muerto y 19 heridos en el incidente con el auto, la Policía confirmó que los enfrentamientos en la ciudad dejaron 15 heridos. Posteriormente, medios estadounidenses reportaron que el número de heridos en los enfrentamientos aumentó a 34.
La policía detuvo a 3 personas en relación a los enfrentamientos entre manifestantes.
Trump condena la violencia en Charlottesville
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha condenado el grado de odio y violencia que se apoderó de la ciudad y calificó la situación en Charlottesville como "muy, muy triste".
En su cuenta de Twitter, el mandatario instó a la unidad y señaló que "en EE.UU. no hay lugar para este tipo de violencia", ya que "independientemente de nuestro color, creencias, religión o partido político, somos estadounidenses ante todo".
La reacción de Trump indigna tanto a los demócratas, como a los republicanos
Pese a haber condenado la violencia en Charlottesville, el mandatario estadounidense no se manifestó directamente en contra los ultraderechistas. En ese sentido, el senador republicano Cory Gardner se dirigió a Trump mediante su cuenta de Twitter y apuntó que "debemos llamar al mal por su nombre".
Mr. President - we must call evil by its name. These were white supremacists and this was domestic terrorism. https://t.co/PaPNiPPAoW— Cory Gardner (@SenCoryGardner) 12 августа 2017 г.
"Fueron supremacistas blancos y esto fue terrorismo doméstico", resumió el senador de Colorado.
Por su parte, el exsecretario de Estado John Kerry también declaró que lo sucedido en Charlottesville "tiene que ser condenado y llamado por lo que es: odio, mal, racismo y extremismo de cosecha propia". "EE.UU. lo condena en el extranjero y necesita empezar a hacer lo mismo en casa", escribió el demócrata en su cuenta de Twitter.
1) What we've seen today in #Charlottesville needs to be condemned and called what it is: hatred, evil, racism & homegrown extremism.— John Kerry (@JohnKerry) 12 августа 2017 г.
Creciente amenaza
El analista internacional Geovanny Vicente Romero ha explicado a RT que esas "luchas intestinas" forman parte de un problema histórico de EE.UU. y, a pesar de los avances sociales que ese país vivió en los años 60 del siglo XX, todavía existen "fisuras" en "el núcleo del seno de la sociedad norteamericana".
El profesor experto en grupos de odio Alex Clayton sostiene que "estas cosas ocurren en ciclos" y cree que "pueden fortalecerse en el futuro". "Si evitan las luchas internas y son más organizados, sin duda podrán representar una amenaza, al igual que otros grupos de este tipo", ha advertido Clayton a RT.