Situación "catastrófica": Se extiende en España la huelga del taxi contra Uber y Cabify
En España la guerra de los taxistas contra las aplicaciones Uber y Cabify tiene su último escenario en la ciudad andaluza de Málaga, donde los trabajadores de este sector están en huelga indefinida, informa el periódico 'La Opinión de Málaga'.
Los taxistas exigen que este tipo de servicios cesen sus actividades en toda la provincia. La razón para ello: los conductores españoles pueden llegar a pagar por una licencia de taxi más de 120.000 euros (141.600 dólares), mientras que las plataformas alternativas solo necesitan otro tipo de permiso que resulta mucho más barato.
Competencia "totalmente desleal"
Servicios como Uber han generado una revolución en la movilidad en distintas partes del mundo, pero también han provocado la indignación de los taxistas. Sergio Vega, presidente de Élite Taxi Madrid, afirma que estos servicios les hacen una competencia "totalmente desleal". "Han venido otras personas, otros actores, para quienes literalmente las normas del juego han desaparecido", critica.
Vega asevera que "solo han venido a destruir un sector público para quedarse ellos con la movilidad" y advierte de que "una vez que lo tengan en su poder aumentarán las tarifas exponencialmente". Otro conductor ha anotado que con los nuevos servicios, los taxistas han perdido "un 40% mínimo", lo que llamó una situación "catastrófica".
"He cambiado de bando y estoy mejor ahora"
Por el otro lado, se encuentran los que trabajan para Uber y Cabify. Alberto, nombre ficticio de un conductor de Uber, destaca como una de las ventajas de los mencionados servicios la manera de tratar al cliente. Explica que su actividad se rige por el protocolo: lleva "siempre la temperatura a 21 grados" y la baja o sube a petición del cliente, y no habla "si no te hablan", entre otras cosas. Al contrario, recalca, que lo que pasa con los taxistas: "tú entras en su coche y es como si fuera su territorio".
Jose, nombre ficticio de un conductor de Cabify, confiesa que una vez le agredieron y le rompieron el coche. "Lo que quieren es que el vehículo pare. Y por eso tiran pintura, huevos, decapante, rajan ruedas, rompen cristales, hacen lo que sea", se queja. Pese a todo, se muestra satisfecho con su situación. "He cambiado de bando y estoy mejor ahora", manifiesta.
Varios ciudadanos encuestados por RT mostraron su preferencia por Cabify. "No todos los taxistas te tratan igual. Sin embargo, el trato aquí es muy correcto y luego además el precio está pactado", afirmaba una cliente. Otra admitía que recurriría a los nuevos servicios en vez de a un taxi tradicional "por la calidad, por el precio, por la comodidad del coche y la elección que tenemos".
Uber o Cabify han marcado un antes y un después en el sector de transporte. La controversia no ha hecho más que empezar entre los taxistas y los nuevos servicios. Y quien va a decidir la balanza es el cliente.