Ucrania admite que "tal vez" Corea del Norte "pudo copiar" sus motores de misiles
Ucrania ha admitido que Pionyang ha podido copiar sus motores de misiles. El jefe de la oficina de diseños estatal Yuzhnoye, Alexánder Degtiariov, piensa que los norcoreanos pueden haberse hecho con ellos en el mercado negro.
"Estoy seguro de que ninguno de nuestros empleados ha ayudado a desarrollar los motores de cohetes de la República Popular de Corea del Norte. Nuestros motores son altamente valorados y utilizados en todo el mundo. Por lo tanto, no sé, tal vez en algún lugar se pudieron hacer algunas copias", ha afirmado Degtiariov citado por el portal local STRANA.ua.
La oficina de diseños Yuzhnoye, fundada en 1944 en la ciudad ucraniana de Dnepropetrovsk, está desarrollando cohetes-portadores de misiles y fabrica la maquinaria para su producción.
Los antecededentes del escándalo
El diario 'The New York Times' había sugerido a comienzos de esta semana citando un estudio del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos y agencias de la Inteligencia de EE.UU. que el éxito de las pruebas de los misiles balísticos intercontinentales de Corea del Norte se debe a potentes motores producidos en territorio ucraniano y adquiridos en el mercado negro.
Según una investigación llevada a cabo por el experto en misiles Michael Elleman, en los últimos dos años Pionyang ha cambiado los diseños de sus misiles y también ha optado por nuevos fabricantes de las partes necesarias para su ensamblaje. En particular, los motores.
Según Elleman, "es probable que estos motores provinieran de Ucrania, posiblemente de forma ilícita". De esta manera, el experto destaca que "la gran pregunta es cuántos tienen [los norcoreanos] y si los ucranianos les están ayudando ahora".
El analista recuerda que, según la ONU, hace seis años dos ciudadanos norcoreanos fueron detenidos cuando intentaban robar tecnologías de misiles de la fábrica de Yuzhmash. Según la investigación, Pionyang podría haberse aprovechado de la situación política en Ucrania para llevar a cabo otro intento de hacerse con los secretos de la producción.