Los astrónomos descubren una 'extraña fuerza' en las entrañas de la moribunda estrella Antares
Algún día, tarde o temprano, el sol que vemos cada día se convertirá en una estrella gigante y crecerá hasta tal punto que se tragará la Tierra. Para los científicos, ese ineludible destino implica el reto de mirar más allá de nuestro sistema solar para descifrar y entender los ciclos evolutivos de esos astros incandescentes y sus mecanismos en cada etapa.
Un nuevo estudio, dirigido por Keiichi Ohnaka, investigador de la Universidad Católica del Norte (UCN), de Chile, busca comprender cómo y por qué la supergigante roja Antares logra expulsar tanta materia a su superficie a medida que se acerca al final de su vida, a la manera de una espectacular supernova, indica Space.com.
El enorme tamaño de Antares, 883 veces mayor que el sol, la convierte en candidato ideal para el estudio de lo que podría acontecer con la Tierra. Antares es también conocida como Alfa Scorpii, lo que significa que es la estrella más brillante en la constelación de Escorpio. De color rojo, es visible en los cielos nocturnos de agosto.
Este miércoles 16, el equipo de astrónomos dirigido por Keiichi Ohnaka publicó en la revista Nature un estudio que presenta una nueva visión del supergigante.
Los científicos recurrieron para sus observaciones al observatorio VLT, un sistema de cuatro telescopios de ocho metros cada uno, capaces de funcionar de forma combinada como un solo instrumento, con lo cual constituyen el mayor telescopio óptico en el mundo (de ahí su nombre: 'Very Large Telescope', o VLT).
El comportamiento del espectro de emisiones de CO permitió a los astrónomos estimar la densidad y la velocidad de los flujos de plasma de Antares. Y es en ese punto donde resultaron sorprendidos: la densidad es notablemente mayor de lo esperado. Esto significa que la sustancia expulsada desde las profundidades de la estrella a su superficie es cuantititativamente muy superior a lo que se creía posible de acuerdo con conceptos previos.
Por los momentos, esto tiene una sola traducción: que en las entrañas de Antares bulle una fuerza poderosa y hasta ahora desconocida para los astrónomos. En consecuencia, los autores del estudio han prescindido de bautizar su naturaleza.