Stanlee Culbreath, un abogado jubilado que presenció el accidente automovilístico en el que murió la princesa Diana, ha roto el silencio que guardó a lo largo de dos décadas para compartir su opinión sobre lo sucedido el 31 de agosto de 1997.
"Siempre pensé que era sospechoso, que otras fuerzas jugaron un papel. Pero ahora, 20 años después, me pregunto más que nunca si fue un verdadero accidente. Solo creo que es cuestionable", declaró Culbreath, uno de los primeros testigos de la tragedia ocurrida en París, citado por 'The Mirror'.
Según el jurista, las posibilidades de Lady Di de sobrevivir al accidente se habrían reducido considerablemente por el retraso de los servicios de emergencia franceses. "Si era la princesa, ¿por qué tardaron 20 minutos en llegar? Y cuando finalmente la sacaron [del auto], ¿por qué pasaron por un hospital y la llevaron a otro?", se preguntó.
Culbreath recordó que en esos momentos, todavía sin saber quién era la víctima, le comentó a un amigo: "Maldita sea, un drogadicto en Main Street tendría que esperar menos".
"Hay muchas preguntas que me hago una y otra vez sobre cómo se trató el accidente y si ella podría haber sido salvada", agregó. "Le pedí a la Policía que me ayudara, pero fueron muy indiferentes".
Finalmente, el abogado precisó al medio que guardó silencio hasta ahora para proteger a los hijos de Diana.