"Una verdad a menudo ignorada": ¿Por qué la Armada rusa es un adversario más duro de lo que parece?
"Es una verdad a menudo ignorada que la Armada de Rusia se encuentra ahora en el estado más operativo que ha tenido en varios años" y, aunque Estados Unidos "no tiene que temerla", Washington "debería respetar" lo que Moscú está haciendo en el ámbito naval militar, sostienen los analistas estadounidenses Michael Kofman y Jeffrey Edmonds en una artículo para la revista 'The National Interest'.
Los distintos análisis sobre las capacidades militares de Rusia suelen presentar a las fuerzas de Moscú bien como "gigantes" o bien "como si estuvieran a punto de desaparecer", cuando, en realidad, son "lo suficientemente fuertes para causar pérdidas considerables en un conflicto", jugando la Armada un papel "importante" en la estrategia militar del Kremlin, aseguran los autores de la publicación.
La Marina rusa no está diseñada para competir con la de EE.UU. sino para contrarrestarla, aseguran ambos analistas. Según precisan, los submarinos rusos de misiles balísticos ocupan el segundo lugar en el mundo por su capacidad.
La visión de Rusia sobre su flota
La estrategia de Moscú reside en la integración de su flota con varios niveles de defensa, misiles de largo alcance, aviación, submarinos, baterías de misiles y minas marinas, estiman los analistas. El objetivo de esta táctica es el de impedir a sus posibles rivales el acceso a su territorio desde el mar y causarles daños graves, explican.
Además, sostienen que "la Armada rusa se orienta cada vez más hacia ataques de largo alcance con armas convencionales contra blancos que sean objetos fijados de infraestructura, pudiendo jugar un papel importante en la escalada nuclear". Por esta razón —estiman los expertos— el Programa Nacional de Armamento (GPV, por sus siglas en ruso) prevé más gastos en misiles para los años 2018–2025.
Además, apuntan que, aunque las Fuerzas Armadas rusas se concentran en hostilidades de alcance corto, su aviación puede hacer frente a proyectiles enemigos "a una distancia significativa de las fronteras del país", mientras que los submarinos deben ayudar a defender a los submarinos de misiles balísticos y a presentarse como una amenaza considerable" ante su posible enemigo. En este sentido, los autores del artículo destacan que "para EE.UU. Rusia es a día de hoy el rival más sofisticado tecnológicamente" en lo que se refiere a submarinos.
La estrategia de Moscú en el ámbito técnico
Rusia ha tomado una decisión "lógica" al lanzar un programa de construcción de corbetas y de fragatas, opinan los analistas. "Los rusos han entendido que uno no necesita mucho tonelaje para instalar un sistema potente de misiles" y sus fuerzas combatientes superficiales "no están organizadas alrededor de plataformas, sino alrededor de una familia integrada de capacidades", sostienen, en referencia a los sistemas antiaéreos, de lanzamiento vertical y de torpedos.
Los expertos tienen en alta consideración el estado actual de la industria rusa de construcción naval. En particular, destacan que "las mejores naves de la Armada rusa son sus submarinos", y subrayan que si Rusia lo creyera necesario podría construir estos buques "bastante rápidamente", incluidos submarinos nucleares.
En este sentido, los analistas mencionan al submarinos nuclear ruso de clase Yasen que —adelantan— resulta "esencial" para la estrategia naval de Moscú, siendo tan potente que "no se necesita en grandes cantidades" para lanzar un ataque de consecuencias graves.
El estado actual de la Armada rusa es mejor que en cualquier otro período después de la Guerra Fría y las tendencias de su desarrollo son "positivas", concluyen Kofman y Edmonds.