El astrónomo griego Hiparco, que vivió alrededor del año 120 AC y creó la más antigua tabla trigonométrica que se conociera hasta la fecha –la 'tabla de acordes'–, ha sido tradicionalmente considerado como el padre de la trigonometría.
Sin embargo, una tabla de arcilla de 3.700 años de antigüedad ha demostrado que los babilonios desarrollaron la trigonometría 1.500 años antes que los griegos y que utilizaban un método sofisticado de matemáticas que podría cambiar la forma en que calculamos hoy.
La tabla, conocida como Plimpton 332, fue descubierta a principios de los años 1900 en el sur de Irak por el arqueólogo y diplomático estadounidense Edgar Banks, en lo que fue la inspiración para crear el personaje cinematográfico de Indiana Jones.
Un misterio por un siglo
El verdadero significado de la tabla babilónica eludió a los expertos por más de un siglo. Pero un nuevo estudio, adelantado por la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia (UNSW, por sus siglas en inglés) y publicado en la revista 'Historia Mathematica',ha demostrado que es la tabla trigonométrica más antigua y precisa del mundo, y que probablemente fue utilizada por antiguos arquitectos para construir templos, palacios y canales.
A diferencia de la trigonometría actual, de sistema decimal, la matemática babilónica utilizó un sistema con base de 60, o sexagesimal. Debido a que 60 es un número más fácil y preciso de dividir por tres, los expertos que estudian la tabla llegaron a la conclusión de que los cálculos con ella son mucho más precisos.
"Es un fascinante trabajo matemático, que demuestra un genio indudable. Es la única tabla trigonométrica completamente exacta, debido al muy diferente enfoque babilónico de la aritmética y la geometría", explicó Daniel Mansfield, de la Escuela de Matemáticas y Estadística de la Facultad de Ciencias de la UNSW.
De relevancia actual
La tabla Plimpton 332, que aparentemente procede de la antigua ciudad sumeria de Larsa, ha sido fechada entre 1822 y 1762 AC, por lo que no sólo es mucho más antigua que la de Hiparco, sino que demuestra que los babilonios, siglosantes que los griegos, tenían conocimientos muy avanzados en matemáticas complejas.
Según Mansfield, el descubrimiento "tiene gran relevancia para nuestro mundo moderno", ya que la matemática babilónica puede aportar "posibles aplicaciones prácticas en topografía, gráficos informatizados y educación".
"Este es un raro ejemplo del mundo antiguo enseñándonos algo nuevo", indicó el investigador, y enfatizó que esto abre nuevas posibilidades no sólo para la investigación matemática moderna, sino también para la educación matemática en general.