El 13 de agosto se llevaron a cabo en Argentina las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) donde se votaron a los precandidatos que, si superaron el 1,5% de los sufragios, se postularán en los comicios parlamentarios del 22 de octubre. Ya están los resultados en 15 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, pero todavía no se publicaron cifras de forma oficial. Sin embargo, el legislador porteño Maximiliano Ferraro difundió que la precandidata a diputada del Gobierno, Elisa Carrió, obtuvo un histórico 50,13% en la capital del país.
Escrutinio Definitivo Ciudad de Buenos Aires: 50,13% Vamos Juntos; 20,96% UC; 13,19% Evolución; 3,97% 1P; 3,84% FIT y 3,76 AyL pic.twitter.com/Bxun0slOwj— maximiliano ferraro (@Maxiferraro) 22 de agosto de 2017
Más allá de esta gran urbe, que suele ser afín al Presidente Mauricio Macri, el foco de atención está puesto en el escrutinio final de la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más importante de Argentina con casi 17 millones de habitantes. El condimento más destacable es que Cristina Kirchner se postula a senadora y enfrenta de manera reñida al candidato de Cambiemos, Esteban Bullrich. El resultado provisorio arrojó una victoria parcial para el político macrista con el 34,19%, aunque la diferencia es ínfima: Cristina tuvo un 34,11%. El dato más destacable es que más del 4% de las boletas emitidas quedaron fuera del conteo.
"Estamos a disposición de la Justicia para mostrar todos los datos"
La polémica se desató cuando desde el entorno de la expresidenta dejaron a entrever la idea del fraude electoral, argumentando que ese faltante de votos ocurrió mayoritariamente en distritos donde el kirchnerismo tiene más seguidores, es decir, de forma arbitraria. Además, la líder de Unidad Ciudadana se consideró ganadora y lo manifestó públicamente la noche siguiente a las elecciones. Frente a estas acusaciones, el titular de la Dirección Nacional Electoral (DINE), Fernando Álvarez, le contestó a RT: "Las quejas son todas mediáticas, pero no hay ni una sola denuncia judicial". Y redobló la apuesta: "Llegado el caso, estamos a disposición de la Justicia para mostrar todos los datos".
Según el funcionario, "el conteo provisorio, como toda la jornada del 13 de agosto, se desarrolló con total normalidad". Sobre aquel mecanismo de control, que causó serias dudas en la población, explicó que hay dos documentos para confeccionar mientras se cuentan los sufragios, "que son el acta de escrutinio donde se clasifican los votos -válidos, nulos o en blanco-, enviado dentro de cada urna junto a las boletas, y el telegrama -un formulario- de cada mesa, cuyas informaciones deberían coincidir". Álvarez profundizó: "Si hay coherencia en las dos cargas que realizaron los 1.200 empleados en el Correo Argentino, automáticamente se envían los datos al sistema de totalización y a la difusión pública desde las 21:00", como ocurrió el 13 de agosto.
En cuanto a las acusaciones opositoras, argumentó por qué el escrutinio momentáneo de Buenos Aires solo llegó hasta el 95,68%: "Hay supuestos donde los telegramas quedan excluidos. Por ejemplo, cuando se suman mal los votos, de manera tal que hay más boletas que electores en la mesa, eso tiene un impacto negativo del 1,54%, exactamente fueron 547 telegramas. Otros no se totalizaron por no tener datos; las autoridades de mesa y los fiscales enviaron telegramas en blanco, que representaron un 0,13%, es decir 48 telegramas. Y después se labraron actas por la no remisión de telegramas, fueron 942, que son el 2,65% del total. Estos grupos componen el 4,32% de votos que no se contaron por fallas que se dan en todos los escrutinios provisorios". Y sumó otro dato importante, en una elección donde cada boleta vale oro: "Los votos recurridos o anulados no entraron en la carga del cómputo, porque quien debe decidir si están bien anulados es la Justicia".
A 6.915 votos de darlo vuelta, hay que esperar
El escrutinio definitivo depende de las autoridades judiciales, cuyo resultado estará "entre el lunes y martes de la semana que viene". En esa instancia, no debería quedar un porcentaje considerable de votos sin contabilizar y se sabrá si Kirchner se impuso sobre Bullrich. Para el especialista, los resultados previos "solo sirven para informar, lo importante es cuando la Justicia le da valor legal". Sobre la enorme expectativa que Argentina deposita en la provincia, opinó que "la dificultad se produjo porque la elección entre Unidad Ciudadana y Cambiemos es sumamente pareja y se requiere sí o sí del 100% de los votos, incluyendo a cada particularidad como los votos nulos". Y se defendió de las críticas: "En el escrutinio de la provincia se contabilizaron 34.052 telegramas, entra con mucha comodidad dentro del promedio de los antecedentes electorales".
Hasta ahora, entre los resultados previos y los definitivos de los distritos donde finalizó el escrutinio "no hay una diferencia mayor al 1%", con lo cual se mantuvieron la mayoría de las posiciones. Sin embargo, con una diferencia de tan solo 6.915 votos entre Cristina y el candidato de Macri, hay enormes probabilidades de que se de vuelta la elección primaria, considerando que en las zonas con mayor cantidad de sufragios sin contabilizar predominan las clases humildes y obreras. En cuanto a las típicas informaciones mediáticas y extraoficiales de estos días, aceveró: "El juzgado provincial todavía no brindó datos oficiales, todo lo que aparece en los medios son especulaciones o números que no sabemos de dónde salen".
¿Hace falta una reforma electoral?
Por otro lado, Álvarez consideró que el sistema electoral necesita modernizarse y defendió la implementación de la Boleta Única Electrónica, donde los votos se constatarían de forma impresa e incluso digital "para asegurarles la totalidad de la oferta a todos los electores". En efecto, la falta de boletas impresas es un conflicto recurrente bajo la modalidad actual, aunque la digitalización pueda generar sospechas de posibles vulneraciones o alteración de resultados. "El elector introduciría la boleta como lo hizo siempre para el conteo definitivo, mientras que el voto electrónico agilizaría mucho más el escrutinio provisorio", dijo el Director Nacional Electoral. Y fue todavía más lejos: "Sería bueno poder discutir una reforma nacional electoral, hay que plantear la eficacia del sistema y su transparencia".
Álvarez también consideró que aún utilizando el viejo mecanismo de las boletas impresas "el sistema actual no se puede violar, salvo dejando huellas muy evidentes". A su vez mencionó que cuentan con "178 fiscales informáticos de los partidos" para controlar el proceso y detalló que "las fuerzas políticas tienen el código del software para verificar los datos". Además, añadió entre risas: "Ya no se nos ocurre cómo garantizar más transparencia". Por último, para concluir la entrevista manifestó que "lo de Buenos Aires es una elección sin precedentes".
Leandro Lutzky