La provincia afgana de Nangarjar ha sido una de las más golpeadas por los ataques aéreos de Estados Unidos, que están dirigidos contra los terroristas, pero también afectan a los civiles. En un video de la agencia Ruptly, los lugareños han compartido lo que es vivir bajo el riesgo constante de ser atacados.
Solo a lo largo del mes de julio la provincia de Nangarjar, un bastión de los talibanes con la emergente presencia del grupo terrorista Estado Islámico, sufrió 358 bombardeos estadounidenses, la mitad de todas las operaciones aéreas de Estados Unidos en Afganistán.
"La gente trata de no usar teléfonos"
En el video de Ruptly, los habitantes de la provincia aseguran estar en un estado de constante ansiedad debido a los ataques aéreos.
"Los aviones de Estados Unidos vuelan y patrullan en todo momento, por lo que los civiles viven con miedo, apagan sus teléfonos y quitan sus tarjetas SIM. Rompen sus tarjetas SIM y compran otras nuevas", explica un hombre de la aldea de Basakhel. "Ahora la gente trata de no usar sus teléfonos".
A menudo, de acuerdo con los habitantes del lugar, los bombardeos de la Fuerza Aérea estadounidense acaban matando a personas inocentes. "Muchas veces los bombardeos nocturnos estadounidenses no tienen éxito, pero los civiles se convierten en víctimas", apunta un residente de Basakhel.
Un anciano de una tribu en el distrito de Khogyani de la misma provincia incluso acusó a los soldados estadounidenses de matar a civiles deliberadamente.
"Primero las fuerzas estadounidenses decían que estaban atacando a los talibanes, pero después de algún tiempo empezaron a pedir perdón por el hecho de haber matado a civiles", comenta el anciano. "Un ejemplo es una operación estadounidense en el distrito de Khogyani, cuando entraron en una casa, vieron a estudiantes de noveno grado, vieron sus caras en un espejo y le dispararon [a un niño], tras lo cual afirmaron que habían matado a un talibán".
Fuego cruzado
Según Ataullah Khogyani, portavoz del gobernador de la provincia de Nangarjar, estos incidentes ocurren porque los militantes islamistas tratan de mezclarse con la población pacífica para que sea más difícil atraparlos. De esta manera exponen, según el funcionario, a muchos civiles a un fuego cruzado.
"A veces los militantes utilizan casas civiles como posiciones contra las tropas estadounidenses y afganas", explicó Khogyani a Ruptly. "Queremos que nuestro pueblo no dé espacio a los talibanes en sus hogares".
Según un reciente informe de la ONU, el número de víctimas civiles en Afganistán alcanzó un récord en 2017. Más de 400 niños murieron en los primeros 6 meses del año, lo que representa un aumento del 9 % respecto al mismo período de 2016.