El huracán Harvey afectó fuertemente el estado de Texas, pero algunos expertos advierten que lo peor aún está por llegar. Un estudio del año pasado reveló los posibles daños de un potencial desastre natural de este tipo en la región.
El informe, publicado en el portal ProPublica, detallaba todas las deficiencias de la protección de Texas ante un posible huracán. Los expertos advirtieron de la posibilidad de que se produjeran miles de muertes, un fuerte golpe para la industria y el transporte marítimo, así como la inundación de cientos de miles de hogares y negocios. El congresista republicano Pete Olson incluso indicó que esta potencial tormenta "mataría a la economía estadounidense".
El director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus suglas en inglés), William Long, ha calificado a Harvey como la peor catástrofe en la historia de Texas. De momento, nadie se ha pronunciado sobre las cifras concretas del daño causado, aunque está claro que se puede hablar de decenas de miles de millones de dólares.
Primero, el huracán redujo la producción de petróleo en el golfo de México en aproximadamente un cuarto, y la capacidad de la refinería disminuyó un 5%. A consecuencia de esto, expertos predicen un fuerte aumento de los precios de combustible y del índice de desempleo. Por último, el cálculo de los daños a las empresas agrícolas y los hogares personales se prolongará durante varias semanas más.
Harvey podría tener un impacto duradero en la economía de Texas y el sector energético de EE.UU. Las costas de Texas albergan instalaciones clave que conforman casi un tercio de la infraestructura del sector de refinación de petróleo del país.
Si las refinerías de la región permanecen cerradas durante varios meses, las consecuencias "serían devastadores no solo para nuestra economía, sino también para la economía EE.UU.", según Jim Blackburn, codirector del Centro de Investigación de Tormentas de Universidad Rice (Texas).
Además, se prevé que los gastos necesarios para la restauración de miles de casas afectadas por el desastre se eleven hasta 40.000 millones de dólares, una cifra que podría ser inasumible para el presupuesto del estado.
Harvey, el primer huracán de estas dimensiones que azota el país desde el 2005, tocó tierra en Texas la noche del 25 al 26 de agosto en forma de tormenta de categoría 4. Esto se tradujo en vientos de hasta 200 km/h, oleajes de hasta 3,7 metros e inundaciones. Asimismo, provocó numerosos daños materiales y víctimas mortales.