El pasado fin de semana, en Baixada Fluminense municipio de Río de Janeiro con altos índices de criminalidad, cayó asesinado el centésimo agente policial que en ese país pierde la vida en lo que va de 2017.
Fábio José Cavalcante e Sá, integrante de la Policía Militar (PM), fue asesinado de un tiro en la cabeza. Al parecer, el móvil fue un intento de asalto. El oficial se encontraba fuera de servicio.
La Policía Militar de Río declaró a través de un comunicado que fue ese "un golpe más" a sus filas, como parte de las inaceptables estadísticas "con la que hemos convivido dramáticamente desde hace más de dos décadas".
Ya en 2014 resultaron asesinados 112 policías militares, uno cada tres días, en promedio. Actualmente la situación se ha agravado y cada dos días cae muerto un agente, informó el diario 'OGlobo'.
De acuerdo con el rotativo, más de un tercio de ellos han sido muertos en áreas que cuentan con Unidades de la Policía Pacificadora.
Un reporte realizado por la PM detalló que la tasa de muertes de los agentes en Río de Janeiro se ubica 3,59 %, una cifra muy superior a las arrojadas por las principales guerras mundiales del siglo XX.
Violencia olímpica
Según algunos analistas, la ola de violencia en Río se desató tras la celebración en el país sudamericano de los Juegos Olímpicos en 2016.
A la par de la muerte de policías, también se ha reportado el creciente fallecimiento de niños y adolescentes debido a balas perdidas, producto de los constantes enfrentamientos entre los narcotraficantes en las llamadas favelas.
Un reporte confidencial de la Secretaría de Seguridad, al que tuvo acceso el diario local 'Extra', señala que Río de Janeiro tiene 843 áreas controladas por bandas armadas.
De acuerdo con el documento, los "territorios controlados ilegalmente" por agrupaciones delicitivas no son sólo favelas, sino también conjuntos habitacionales, inmuebles específicos y hasta algunas vías urbanas.