En un tuit marcado con la etiqueta 'Harvey', el secretario de Energía de la Administración Trump, Rick Perry, dio luz verde para extraer petróleo de un depósito de reserva estratégica y trasladarlo a una refinería situada en las zonas incomunicadas del sudoeste de Luisiana. La instalación industrial recibirá 200.000 barriles de crudo liviano y 300.000 barriles de crudo pesado.
La agencia Reuters informó asimismo sobre una decisión ejecutiva para suministrar un total de 3,5 millones de barriles a dos compañías del ramo, cuyas plantas se sitúan cerca de las costas del golfo de México. Las reservas acumuladas por el Departamento de Energía se calculan en 678,9 millones de barriles, cantidad suficiente para cubrir todas las necesidades de EE.UU. durante 33 días.
Cerca de una cuarta parte de la industria estadounidense de refinación se ha visto afectada por la tormenta Harvey. Sus estragos han resultado "mucho más serios de lo que nadie podía esperar hace una semana", según estimó el encargado de la sección energética de S&P Global Platts, David Ernsberger, en un comentario ofrecido al sitio web informativo MarketWatch.
"Ningún buque petrolero ha sido aceptado en el puerto de Houston en cinco días, y podría tardar algún tiempo en volver a hacerlo", indicó el experto este viernes.
En las costas del Golfo permanecen cerradas 10 grandes refinerías. Entre ellas destaca la mayor de toda Norteamérica, en términos de capacidad productiva, con 95.000 metros cúbicos al día: la Refinería de Port Arthur, que pertenece a la compañía Motiva Enterprises, de Arabia Saudita.
Las fuertes inundaciones provocadas por la tormenta han dejado decenas de muertos y numerosos damnificados que aún esperan ser rescatados. El número de personas afectadas llega a 30.000.