Este domingo 3 de septiembre, Corea del Norte realizó la prueba de una bomba de hidrógeno, un acontecimiento que ha suscitado la condena de muchos países. Corea del Sur explicó que esta sexta prueba nuclear fue de 100 kilotones, unas cuatro o cinco veces más potente que la bomba nuclear lanzada sobre la ciudad japonesa de Nagasaki en 1945.
Alrededor del tema han surgido muchos interrogantes y pese a que al igual que una bomba atómica, una bomba de hidrógeno también presenta un riesgo masivo, cada una de ellas cuenta con un sistema de funcionamiento y un poder de destrucción diferente.
¿En qué se diferencian?
Su principal diferencia radica en el proceso que se requiere para que cada una de ellas logre liberar enormes cantidades de energía, fenómeno en la que radica su poder de destrucción.
Por un lado, la bomba atómica o bomba de fisión nuclear se basa en la división (fisión) de un núcleo atómico en dos o más núcleos pequeños generando consigo una reacción en cadena y la liberación de energía en forma de radiaciones gamma y energía cinética.
Por su parte, una bomba de hidrógeno o de fusión nuclear, consta de un proceso en el que varios núcleos atómicos de carga similar (en este caso particular de hidrógeno), se unen (fusionan) para formar un núcleo más pesado que desprende igualmente enormes cantidades de energía.
Sin embargo, para que se produzca tal reacción, es necesario un aporte considerable de energía que solo pude ser provisto por la detonación inicial de una bomba de fisión que funciona a manera de gatillo.
Como resultado de la radioactividad, se producen la fusión de deuterio y tritio, isótopos pesados del hidrógeno, y posteriormente, la fisión de isótopos de uranio.
¿Cuál es más potente?
La potencia o capacidad destructiva -energía liberada- de una bomba atómica se mide en kilotones (un kilotón equivale a 1.000 toneladas de TNT). Se considera que el proceso de fisión que caracteriza a las bombas atómicas es más ineficiente y limitado.
Por su parte, debido a la complejidad en su estructura, las bombas de hidrógeno son generalmente mucho más poderosas que sus contrapartes atómicas. De acuerdo con 'The Guardian', esto se debe a que la radiación que produce es más difícil de controlar y los expertos consideran que su potencia teóricamente es ilimitada.
Hasta el momento, la bomba de hidrógeno más potente es la bomba rusa Tsar, de 50 megatones (50 millones de toneladas de TNT), que fue probada en 1961. Su diseño inicial hacía factible una explosión de 100 megatones.
¿Cuál es el futuro de este tipo de artefactos?
Las primeras bombas nucleares desarrolladas eran dispositivos muy pesados, que según el experto en armas Jeffrey Lewis, eran "demasiado grandes" para ser incorporadas en un misil balístico. Y aunque gradualmente han reducido su peso y tamaño, se busca 'miniaturizarlas'.
No obstante, que una bomba pueda llegar a caber en la parte superior de un misil balístico intercontinental, es un gran reto que implica ensayos e innovaciones de diseño para lograr un equilibrio entre su tamaño y su capacidad destructiva. Es por ello que los esfuerzos de Corea del Norte por desarrollar su programa nuclear son prueba de su deseo de lograr ese objetivo.
Esta es la diferencia entre la bomba de hidrógeno y la atómica: https://t.co/Pz74sOBLb7pic.twitter.com/gEcBa5MJzH#NorthKorea#HBomb#nuclear— Henry A. Pinto (@hapinto2) September 4, 2017