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La esposa de Netanyahu podría afrontar cargos por desvío de fondos estatales
Sara Netanyahu niega las alegaciones, mientras su abogado califica las acusaciones de "ridículas" y asegura que forman parte de una "persecución contra la familia Netanyahu".
El fiscal general de Israel, Avichai Mandelblit, podría acusar a la esposa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Sara Netanyahu, por el supuesto desvío de 400.000 de shekels (112.000 de dólares) de los fondos estatales para cubrir gastos de su residencia privada, informa 'Haaretz', remitiéndose a sus fuentes. Mandelblit podría hacer el anuncio en las próximas semanas.
Sara Netanyahu está bajo sospecha por mal uso de fondos estatales relacionados con la residencia del Primer Ministro, incluida la recepción de bienes bajo falsos pretextos, falsificación documental y abuso de confianza, informa 'The Times of Israel'.
Uno de los avances clave en la investigación, que arrancó en febrero del 2015, tuvo lugar en las últimas semanas gracias al testimonio "muy importante y esencial para el caso" de Ari Harow, exjefe de gabinete del Primer Ministro. La fuente de 'Haaretz' sostiene que el testimonio de Harow podría cambiar la naturaleza de las sospechas en contra de Netanyahu, pasando de de fraude y abuso de confianza a aceptación de soborno.
Sara Netanyahu se enfrenta a cargos en cuatro casos separados relacionados con el desvío de dinero de los fondos estatales.
Los alegatos se refieren al uso de dinero público para la compra de muebles designados para su residencia, para la contratación del electricista Avi Fahima, miembro del Comité Central del Likud, así como para el cuidado médico de su difunto padre y para sobrefacturar los gastos de comidas privadas ordenadas a la Residencia del Primer Ministro.
Netanyahu ha negado todas las acusaciones, que su abogado tacha de "ridículas", asegurando que forman parte de una "persecución contra la familia Netanyahu".
Benjamin Netanyahu también se enfrenta a varios cargos en relación al caso 1.000, sobre la polémica entrega de regalos caros de empresarios israelíes y extranjeros; y por el caso 2.000, por el supuesto intento de pactar con Arnon Mozes, editor de Yedioth Ahronoth, diario de pago de mayor circulación del país, para tener una cobertura favorable a cambio de restricciones a la competencia.
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