Negligencia ante el cambio climático: qué hizo a la Florida ser tan vulnerable ante Irma

Las autoridades evitan incluso mencionar el problema que generan los huracanes, cada vez de mayor potencia, y escatiman en gastos para contar con una infraestructura resistente a ellos.

Las autoridades del estado estadounidense de Florida son en parte responsables de los estragos que ha dejado y aún puede ocasionar en su territorio el huracán Irma, revela el periódico 'The Independent'. Su actitud —y específicamente la del gobernador Rick Scott— ante el fenómeno del cambio climático propicia la creciente amenaza de las formaciones tropicales para las costas sur de Estados Unidos.

En los meses previos a la llegada de la estación de temporales Scott esquivaba toda clase de preguntas sobre el cambio climático. Así, en junio del 2017, tan pronto como el presidente Donald Trump retiró al país del Acuerdo de París (sobre las medidas para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero), el gobernador se negó a admitir que la actividad humana ejerciera algún impacto sobre el clima.

Hablando a la prensa que le preguntaba sobre la ecología, Scott prefirió centrarse en el compromiso del presidente con los empleos, diciendo: "No podrás invertir en tu entorno sin una buena economía".

Ahora lo que dice es "Podemos reconstruir su hogar, no podemos reconstruir su vida", cita el diario. Con estas palabras ha pedido a los residentes de Florida abandonar sus hogares de cara a la llegada de Irma.

 

EE.UU. no invierte en la prevención de daños

Una camioneta volcada en las calles inundadas por el huracán Irma en Miami (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Carlos Barria / Reuters
Un coche policial bloquea la dirección este de la avenida Lake Avenue mientras el huracán Irma azota Florida, EE.UU., el 10 de septiembre de 2017. / Bruce R. Bennett / www.globallookpress.com
Un barco parcialmente sumergido en la costa de la ciudad de Lake Worth (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Bruce R. Bennett / www.globallookpress.com
Una furgoneta aplastada por un árbol arrancado por los vientos del huracán Irma en Wellington (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Allen Eyestone / www.globallookpress.com
Residentes del condado de Palm Beach (Florida, EE.UU.) en un refugio ante la llegada del huracán Irma al Estado, el 9 de septiembre de 2017. / www.globallookpress.com
Árboles arrancados bloquean el paso en una carretera de Fort Lauderdale (Florida, EE.UU.) tras el paso del huracán, el 10 de septiembre de 2017. / Yin Bogu/Xinhua via ZUMA Wire / www.globallookpress.com
Olas chocan contra el rompeolas en Palm Beach (Florida, EE.UU.) en medio del azote del huracán Irma, el 10 de septiembre de 2017. / Lannis Waters / www.globallookpress.com
Un árbol derribado por el huracán Irma en Wellington (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Allen Eyestone / www.globallookpress.com
Ramas de palmeras arrancadas por el huracán Irma en una carretera de Florida, EE.UU., el 10 de septiembre de 2017. / Lannis Waters / www.globallookpress.com
Inundaciones tras el paso del huracán Irma en el barrio Brickell de Miami (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Stephen Yang / Reuters
Ramas de árboles arrancadas por los fuertes vientos del huracán Irma en Miami (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Yin Bogu/Xinhua via ZUMA Wire / www.globallookpress.com
Inundaciones en el barrio Brickell de Miami (Florida, EE.UU.), causadas por el huracán Irma, el 10 de septiembre de 2017. / Stephen Yang / Reuters
Un árbol arrancado por los vientos del huracán Irma sobre una fila de coches en Miami (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Michele Eve Sandberg / AFP
La avenida Brickell Avenue inundada por las lluvias del huracán Irma en Miami (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Joe Raedle / AFP
Inundaciones cerca del estadio Hard Rock Stadium provocadas por el huracán Irma en Miami (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Stephen Yang / Reuters
Ramas de árboles bloquean el paso en una de las carreteras de Fort Lauderdale (Florida, EE.UU.) tras el paso del huracán, el 10 de septiembre de 2017. / Chip Somodevilla / AFP
El bulevar East Oakland Park bloqueado por un poste de luz derribado por el huracán Irma en Fort Lauderdale (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Chip Somodevilla / AFP
Un coche sumergido parcialmente en una calle inundada de Miami (Florida, EE.UU.), por las lluvias del huracán Irma, el 10 de septiembre de 2017. / Carlos Barria / Reuters
Inundaciones causadas por el huracán Irma en el barrio Brickell de Miami (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Stephen Yang / Reuters
Vishnu Obregon, residente del barrio Brickell (Miami, Florida, EE.UU.), en medio de las calles inundadas por el huracán Irma, el 10 de septiembre de 2017. / Stephen Yang / Reuters
Una camioneta volcada en las calles inundadas por el huracán Irma en Miami (Florida, EE.UU.), el 10 de septiembre de 2017. / Carlos Barria / Reuters

El periodista Mythili Sampathkumar cree que esta actitud negligente podría resultar en daños prevenibles en las costas de Florida y particularmente para las comunidades más pobres del estado.

Una analista en materia de energía de la Unión de Científicos Preocupados consultada por 'The Independent' indicó que más allá de las viviendas, se encuentran específicamente vulnerables ante las inundaciones los transformadores eléctricos en el condado de Miami-Dade. Se construían a sabiendas de que la potencia de las tormentas iba a crecer, pero sin tenerlo en cuenta.

Florida proporcionó fondos para salvar a los Everglades, los humedales tropicales en el sur de la península, destacó el ingeniero de la ciudad de Miami, Bruce Mowry, pero no financió el programa de prevención de inundaciones evaluado en 500 millones de dólares.

Hasta el momento, la ciudad clave del estado ha gastado cerca de 100 millones de dólares para instalar bombas de drenaje para reducir el efecto de las "inundaciones de día soleado", las provocadas por la marea alta. Hubo también unos "pocos millones" asignados por el Estado en préstamos de bajo interés para hacer frente a marismas, pero ninguna ayuda federal para ser más resistentes a los citados fenómenos.

De todas formas, "el criterio de diseño que utilizamos para el sistema de drenaje no está adaptado para los huracanes", afirmó Mowry. El ingeniero espera que los estándares de construcción de los edificios públicos puedan cambiar dependiendo del daño causado por Irma. También aboga por un "cambio de cultura general".

 

El cambio climático, ¡ni mencionarlo!

La colaboradora de la mencionada Unión de Científicos Preocupados, Nicole Hernández Hammer, explicó en qué consistía la 'cultura' actual de percepción del peligro proveniente de las tormentas y sus causas.

Cuando trabajaba como directora adjunta de investigación sobre un informe del cambio climático que elaboró la Universidad Atlántica de Florida, la mujer se ocupaba del tema de resistencia de la infraestructura de transporte al aumento del nivel del mar. Su equipo presentó el informe al Departamento de Transporte del estado y desde allí llamaron al equipo pidiendo que borraran casi todas las menciones al cambio climático, incluso en el resumen del informe.

"Ni siquiera pudimos mencionar la frase, pero ahora estamos todos en pánico", señaló Hammer enfatizando la situación más vulnerable de las comunidades con escasos ingresos. "Si toma un autobús, ¿cómo se supone que vaya a buscar bolsas de arena, madera contrachapada y suministros?", dijo refiriéndose a las medidas recomendadas para prepararse para el huracán.

Una preocupación especial para ella fueron las grandes grúas de construcción alineadas a lo largo de la orilla. Hernández dio la alerta por el daño que estas podrían causar a las casas cercanas y las autoridades no le hicieron caso.