Apenas dos semanas después de que el huracán Harvey causara destrucción en Texas, Irma ha hecho lo propio la semana pasada en el Caribe y Florida (Estados Unidos). Pero todavía quedan tres meses más para que finalice la temporada de huracanes en el océano Atlántico, informa el portal Science Alert.
¿De dónde provienen todas estas devastadoras tormentas? Quizá esta sea la pregunta que muchos se hacen en estos momentos. Según estudios científicos, la mayoría de los huracanes que golpean el Caribe y América del Norte están directamente vinculados a una de las zonas más secas de nuestro planeta —el desierto del Sahara— y se originan debido a alteraciones atmosféricas sobre África occidental, específicamente en las islas de Cabo Verde.
Un estudio publicado en la revista 'Geophysical Research Letters' demostró que, al observar de cerca esas perturbaciones tropicales, se puede predecir con gran precisión cuáles se convertirían en huracanes.
La formación de los huracanes
"El 85 % de los huracanes más fuertes que afectan a EE.UU. y Canadá comienzan como alteraciones en la atmósfera sobre África occidental" y, "cuanta mayor es el área cubierta por esos disturbios, mayor es la probabilidad de que evolucionen a huracanes una o dos semanas más tarde", explicaron los autores de ese estudio.
De hecho, Irma fue descubierto por primera vez como una alteración tropical frente a las islas de Cabo Verde a finales de agosto pasado antes de convertirse en un huracán sobre el Atlántico.
Solo el 10 % de las 60 alteraciones que se originan en África cada año se convierten en huracanes, aunque solo si logran recolectar la energía suficiente mientras cruzan el Atlántico pueden llegar a ser tan potentes. "No todos los huracanes que se forman en el Atlántico se originan cerca de Cabo Verde, pero "la mayoría" de los huracanes más importantes que han afectado a EE.UU. "sí tienen su origen en ese lugar", explica la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA, por sus siglas en inglés).