Su teléfono móvil funciona gracias al infierno que viven los niños congoleños
Si tiene un teléfono inteligente, lo más probable es que funcione gracias a los niños congoleños, que se ven obligados a trabajar 12 horas diarias en minas ilegales de cobalto para ganarse la vida o pagar por sus estudios.
Según los datos de UNICEF, cerca de 40.000 menores trabajan en excavaciones ilegales de cobalto en la República Democrática del Congo, mientras que una investigación realizada este año por la cadena británica Sky News ha descubierto que niños de tan solo 4 años trabajan en minas congoleñas "en condiciones desesperadamente peligrosas".
¿Qué tiene que ver con su móvil?
La República Democrática del Congo es uno de los países más ricos en recursos naturales como uranio, cobalto, diamantes, coltán y oro. Más de la mitad de todo el cobalto del mundo se extrae en este país africano.
El cobalto es el componente fundamental de las baterías de ion de litio, que son las encargadas de alimentar los teléfonos móviles, coches eléctricos, computadoras portátiles y otros dispositivos modernos de los que se benefician millones de personas en todo el mundo.
Al mismo tiempo, según las estimaciones del Gobierno de la República, alrededor del 20% de este metal se exporta ilegalmente. Hay miles de minas no oficiales, no reglamentadas y sin control en las que hombres, mujeres y niños trabajan en condiciones cercanas a la esclavitud.
No llevan guantes ni máscaras, ni otros equipos especiales, aunque la Organización Mundial de la Salud advierte de que la exposición al cobalto y la inhalación de los vapores de su polvo pueden causar problemas de salud a largo plazo.
Cavan minas con ayuda de palas e instrumentos improvisados, a veces muy cerca de los barrios residenciales, lo cual a menudo lleva a la contaminación del agua potable. Becha Gibu, un médico de la aldea de Kimpesa, denuncia que muchos de los bebés en las zonas de excavación nacen con enfermedades extrañas, y que "las madres tampoco son fuertes cuando dan a luz", lo cual atribuye a las consecuencias de la minería.
Apple, Sony y Samsung, posibles beneficiarios
A principios del 2016, el informe 'This Is What We Die For' ('Por eso morimos') de la ONG Amnistía Internacional y la organización Afterwatch concluyó que tanto adultos como menores, algunos de ellos de tan solo siete años, trabajan en condiciones deplorables en áreas mineras artesanales de la República Democrática del Congo. Los menores entrevistados dijeron que trabajaban hasta 12 horas al día en la mina, llevando pesadas cargas, para ganar entre uno y dos dólares diarios.
En el informe se denunciaba también que los líderes de la industria electrónica Apple, Sony y Samsung probablemente utilizan piezas fabricadas con el uso de trabajo infantil.
En concreto, según la investigación de las ONG, los acaparadores compran cobalto en la RDC y luego lo revenden a la empresa Congo Dongfang Mining, compañía subsidiaria a Huayou Cobalt, un gigante metalúrgico chino. La empresa lo refina y transporta a los fabricantes de piezas para acumuladores automovilísticos en China y Corea del Sur. También lo reciben Apple, Microsoft, Samsung, Sony, Daimler y Volkswagen.
Algunas mejoras
Desde la publicación del informe, se han producido ciertos cambios en la República Democrática del Congo. Así, las autoridades mineras congoleñas "están tratando de otorgar a los mineros artesanales una licencia que alguna vez fue solo para grandes corporaciones", según señaló a la Deutsche Welle el geólogo Sebastian Vetter de la organización alemana Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales.
Por otro lado, Apple aseguró en marzo que había dejado temporalmente de comprar cobalto procedente de las minas artesanales en el Congo, y que "volverán a entrar" en su cadena de suministro cuando la compañía esté segura de que se respetan las "protecciones adecuadas".
Huayou también afirma en su página web que trabaja para mejorar las condiciones laborales en las minas de cobalto congoleñas. El objetivo, según la compañía china, es cumplir con las directrices de la OCDE sobre la debida diligencia en la cadena de suministro.
Sebastian Vetter confirma que la empresa china y su filial, Congo Dongfang Mining, se están esforzando por mejorar la transparencia en la cadena de suministro y el control de las minas. "La voluntad de mejora ha sido comunicada, pero en este momento no puedo decir si esto es suficiente", agregó.
En otoño, Amnistía Internacional planea publicar una actualización de su informe y analizar lo que ha cambiado desde enero del 2016.