El fiscal jefe de Brasil, Rodrigo Janot, acusó al presidente Michel Temer de obstrucción de la justicia y de participación en un grupo criminal. El mandatario fue acusado junto con seis de sus aliados políticos, según la denuncia de la oficina de Janot.
De acuerdo con las acusaciones, el jefe de Estado brasileño "actuó como líder de una organización criminal", integrada por altos funcionarios de su partido de centroderecha PMDB (Partido del Movimiento Democrático), que supuestamente recibió casi 190 millones de dólares en sobornos por contratos en empresas públicas. El presunto grupo de corrupción bajo liderazgo de Temer supuestamente operó desde mayo de 2016.
Según la oficina de Janot, los acusados "practicaron acciones ilícitas a cambio de sobornos a través de diversos organismos públicos, como Petrobras, Furnas, Caixa Económica, el Ministerio de Integración nacional y la Cámara de Diputados".
La Fiscalía sostiene también que Temer obstruyó la justicia en sus intentos de pagar sobornos para evitar que un presunto intermediario testificara en su contra, bajo un acuerdo con los fiscales.
Entre los acusados también figuran el ministro jefe de la Casa Civil, Eliseu Padilha, y el secretario general de la Presidencia, Moreira Franco.
Ahora los cargos deben ser aceptados en primera instancia por el Tribunal Supremo, antes de ser enviados a la cámara baja del Congreso Nacional de Brasil para su debate. Si esta acepta las acusaciones y comienza un juicio, Temer quedaría suspendido por 180 días en espera del resultado. Sin embargo, se cree que el mandatario tiene suficiente apoyo en el Congreso para evitar el inicio del juicio.
En junio, Janot había ya denunciado a Temer por "corrupción pasiva", pero la Cámara de Diputados votó a favor de rechazar la acusación, impidiendo así que fuese juzgado por la Corte Suprema.