El virus culpable del mayor número de muertes en el mundo no es el VIH, ni tampoco otros tan extendidos como los del zika o las más temibles epidemias gripales. El mayor 'asesino viral' está en realidad compuesto por numerosas cepas de hepatitis (VHC) y se lleva cada año las vidas de más de 1,3 millones de personas, revela un nuevo estudio de Incidencia Mundial de Enfermedades publicado en la revista 'Lancet'.
Esa alta morbilidad la atribuyen los investigadores al hecho de que las políticas de salud, tanto nacionales como globales, no perciben la lucha contra la hepatitis como una prioridad.
En general, alrededor de 19 % de las muertes en todo el mundo se deben a enfermedades transmisibles, proporción que aumenta a la par que se agrava el impacto de la hepatitis, una dolencia que puede ser tanto viral como bacteriana pero resulta mucho más letal en el primer caso.
En contraste con la tuberculosis (enfermedad bacteriana), el VIH (viral, como su nombre lo indica) o la malaria (causada por un parásito), que se ubican en el segundo, tercer y cuarto puesto de las enfermedades transmisibles más letales, pero cuya incidencia tiende a disminuir, las muertes por hepatitis viral (VHC) se han incrementado 22 % en los últimos años.
Para los investigadores, esas cifras resultan aún más asombrosas si se tienen en cuenta los avances alcanzados en el tratamiento de la hepatitis C. Hoy existen antivirales que permiten curar por completo la enfermedad en sólo tres meses.
La alarmante estadística no ha pasado desapercibida para la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha llamado a corregir la falta de medidas a nivel mundial para eliminar la hepatitis, así como para mejorar el acceso a la debida atención médica. "Sólo una de cada 10 personas que sufren de hepatitis viral sabe que está infectada y tiene acceso a tratamientos, en el mejor de los casos", señala el organismo internacional.
El estudio también demostró que el virus que actualmente recibe más 'publicidad' es el menos peligroso: el zika fue responsable de 2 muertes en 2015 y 19 en 2016. Los científicos no creen que este virus represente mayor amenaza en el futuro, lo que dará tiempo para crear una vacuna en su contra.