Científicos de la Universidad de California en San Francisco han descubierto el mecanismo de la formación de la dependencia del alcohol, según una nota publicada en página web del centro académico.
Un papel importante en este proceso lo juega la proteína mTORC1, que contribuye a los cambios estructurales en el centro del placer en el cerebro.
Hoy en día, los científicos saben que la atracción patológica al alcohol la presentan no solo los humanos, sino también otras especies animales. Por ejemplo, los ratones de laboratorio que prueban el alcohol muy rápidamente comienzan a mostrar signos de dependencia.
También se sabe que la acción de la mayoría de las sustancias narcóticas, directa o indirectamente, se dirige al sistema de estimulación cerebral. Contribuyen a una formación intensa de neurotransmisores, que causan una sensación de placer. Pero una molécula bastante simple de etanol no tiene un lugar definido en esa acción, y aún no está claro cómo cambia el trabajo del cerebro y conduce al consumo incontrolado de alcohol.
Los científicos estadounidenses, liderados por la profesora Dorit Ron, han revelado que el consumo excesivo de alcohol aumenta el nivel de proteína mTORC1 en el núcleo accumbens, que lo forma el grupo de neuronas involucradas en la formación del placer, los hábitos y el miedo. Los científicos han sugerido que este compuesto puede ser un mediador clave de la dependencia de varios fármacos y sustancias, como la cocaína, la morfina y el alcohol.
Un estudio anterior del mismo grupo de científicos demostró que el bloqueo de la actividad de la mTORC1 con el inmunosupresor rapamicina en roedores provocaba que los 'adictos' perdieran el interés en alcohol.
La desventaja de tal terapia eran los serios efectos secundarios el uso de rapamicina, lo cual no permitió realizar ensayos clínicos en seres humanos.
Puesto que el mTORC1 promueve la síntesis de otras proteínas, los científicos han decidido averiguar si es posible afectar a la actividad de otros compuestos con el fin de detener la creación de la adicción al alcohol.
Asimismo, los científicos han identificado 12 proteínas, una de las cuales, prosapip1, cambia la estructura y la actividad de las neuronas en el núcleo accumbens de los ratones que han consumido alcohol durante mucho tiempo. El bloqueo de esta proteína disminuyó la adicción.
Según los investigadores, el descubrimiento permitirá desarrollar nuevos métodos de tratamiento del alcoholismo.