Este 14 de septiembre se ha inaugurado en el Museo Británico de Londres la exposición 'Los escitas: Guerreros de la Siberia antigua', organizada en coordinación con el Museo del Hermitage de la ciudad rusa de San Petersburgo. Una de las más valiosas piezas de la muestra es la momia de un escita de unos 2.000 años de antigüedad que probablemente fue enterrado junto a su amante.
'A ginger moustache and a pierced ear...'The mummified head & plaster mask of a Siberian warrior#Scythians@britishmuseum opens 14th Sept pic.twitter.com/IlAXnBzdjM— Pythika (@Pythika) 13 сентября 2017 г.
Hasta ahora la momificada cabeza del escita estaba cubierta con una máscara de arcilla, por lo que solo se podían adivinar los rasgos faciales del antiguo guerrero. Pero especialmente para la exposición londinense los investigadores del museo de San Petersburgo analizaron a la momia con un tomógrafo para conocer cómo era.
La muestra del Museo Británico también exhibe las imágenes escaneadas de la efigie del guerrero escita. Como señala 'The Guardian', la tomografía ayudó a establecer que el hombre tenía dientes finos, el bigote pelirrojo y una herida en la cara desde el ojo hacia el extremo de su mandíbula que había sido cuidadosamente curada. Además, se encontró un agujero en su cráneo por el que le extrajeron los sesos durante el proceso de momificación.
El cruel destino de una concubina
Asimismo, los investigadores tienen previsto escanear la cabeza de una mujer enterrada junto con el guerrero. Su cuerpo fue encontrado a su lado en una cámara funeraria cubierta de madera. Casi con toda seguridad la mujer no experimentó una muerte natural, sino que la mataron, creen los investigadores.
En una de sus obras, el historiador Heródoto indicaba que los escitas mataban a las concubinas de los guerreros fallecidos para enterrarlos juntos. Lo mismo hacían con los sirvientes y caballos. Así que la mujer pudo ser la novia del guerrero, que fue forzada a despedirse de la vida a causa de la muerte de su novio.