Durante muchas décadas los científicos se han preguntado cómo los vikingos eran capaces de recorrer enormes distancias en el mar bajo espesas nubes y orientarse por el Sol. Un nuevo estudio realizado por la Universidad húngara Eötvös Loránd ha demostrado cómo los marinos nórdicos viajaban con éxito en duras condiciones meteorológicas.
Según la hipótesis planteada en 1967, los vikingos usaban un mineral transparente que divide un haz incidente en dos rayos linealmente polarizados de manera perpendicular entre sí: el llamado fenómeno de birrefringencia o doble refracción, que es una propiedad óptica de ciertos cuerpos, especialmente el espato de Islandia.
Un mineral como esta variedad de caliza permite filtrar la luz dispersa procedente de ciertas partes de un cielo nublado, explicó el arqueólogo danés participante en el estudio Thorhild Ramskou, informa el portal científico ScienceAlert.
La luz del sol que pasa a través del objeto translúcido podría entonces ser utilizada conjuntamente con una brújula solar para calcular el tiempo y la dirección relativos, los cuales ayudarían a determinar la posición de un barco en un mapa.
Esta es una solución conveniente al misterio que rodeaba el viaje de los escandinavos antiguos a destinos tan lejanos como Norteamérica, sugiere el estudio que está publicado en 'Proceedings of the Royal Society A'. No en vano, la mención a las 'piedras del Sol' aparece en algunos manuscritos medievales.