"La zona gris de la economía global": los dueños reales de Europa prosperan pese a todas las crisis
A lo largo del siglo XX se discutió mucho sobre la supuesta decadencia de la aristocracia en Europa, pero en realidad resultó que las familias aristocráticas sobrevivieron a todos los cataclismos sociales. A pesar de las guerras mundiales y las revoluciones, lograron preservar y multiplicar sus gigantescas fortunas, cuyo volumen es ahora incalculable, publica el portal ruso 'Vzgliad'.
Los herederos de títulos y fortunas todavía disponen del activo más caro de Europa: sus tierras y propiedades inmuebles. Las dinastías alemanas, por poner un ejemplo, viven en residencias familiares y poseen numerosos castillos y palacios. En el Reino Unido se calculó que en 2010 un tercio de las tierras británicas, las más caras del mundo, pertenecían a la aristocracia local.
Propiedades incalculables
En sus castillos y palacios, los nobles guardan numerosos libros, obras de arte, antigüedades y artefactos históricos. Es imposible calcular el valor total de estas riquezas, adquiridas a lo largo de los siglos. Esta es una de las razones por las que la nobleza europea rara vez figura en la lista de Forbes. Además, los representantes de la aristocracia europea utilizan varias estrategias para evitar los impuestos sobre las herencias o la venta de sus valiosas propiedades.
Junto con las riquezas, las familias nobles a menudo reciben también el poder. Por ejemplo, la antigua nobleza británica sigue ejerciendo actividades legislativas en la Cámara de los Lores. Sin ir más lejos, en el Gobierno de Theresa May, formado en junio de 2017, figuran un conde, un vizconde y tres barones.
'Agricultores' con apoyo de Bruselas
Las familias aristocráticas lograron hacerse también un hueco en el sistema burocrático de Bruselas. Como poseen cientos de miles de hectáreas de tierra, se posicionan como 'agricultores', por lo que reclaman subsidios asignados por la UE para apoyar la agricultura. El volumen de esas subvenciones es directamente proporcional al tamaño de sus propiedades, de manera que estos 'granjeros' reciben de Bruselas enormes cantidades de dinero.
Algunos aristócratas llegaron aún más lejos haciendo uso de la práctica de los paraísos fiscales. Los príncipes de Mónaco convirtieron su Estado en el más famoso paraíso fiscal para individuos. Los duques de Luxemburgo hicieron lo mismo para las empresas.
Su poder no oficial es el reverso de la democracia europea
Los aristócratas intentan evitar la aparición en los medios para desviar la atención del público de sus grandes fortunas, la evasión de impuestos e incluso sus dudosos medios de enriquecimiento. En el siglo XX, las familias nobles sobrevivieron y se enriquecieron cooperando con los regímenes políticos más odiosos, como el de Benito Mussolini, Francisco Franco y Adolf Hitler.
La riqueza de la aristocracia europea es "una zona gris de la economía mundial". "Sus derechos hereditarios y su poder no oficial son el reverso de la democracia europea. Lo único que puede obstaculizar las actividades de los aristócratas hoy en día es la opinión pública y la publicidad", concluye el portal.