Corea del Norte ha empezado a reforzar sus defensas en la costa este del país, trasladando a esa zona sus aviones de combate, después de que la semana pasada bombarderos estadounidenses sobrevolaran cerca de la frontera norcoreana, informa la agencia Yonhap.
Según el Servicio Nacional de Inteligencia surcoreano, es posible que Pionyang no haya tomado ninguna represalia contra las aeronaves norteamericanas debido a que no se habría esperado una acción de este tipo por parte de Washington, o porque habría sido incapaz de actuar, ya que sus radares no pudieron detectar claramente la presencia de los aviones.
El pasado sábado, bombarderos B-1B y cazas F-15 de la Fuerza Aérea de EE.UU. sobrevolaron aguas internacionales al este de Corea del Norte, acercándose al punto más septentrional de la zona desmilitarizada.
La ausencia de una respuesta militar por parte de Pionyang, ha provocado especulaciones acerca de que ese país no pudo mantener su sistema de radares operativo al 100% por una escasez de electricidad. Mientras que otros argumentan que evitó intencionalmente cualquier acción debido a que el sobrevuelo se llevó a cabo sobre espacio aéreo internacional, destaca Yonhap.
Por su parte, este lunes el ministro de Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong-ho, anunció que su país se reserva el derecho a derribar los bombarderos estratégicos estadounidenses, incluso si estos se encuentran fuera del espacio aéreo norcoreano.