El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in ha instado a EE.UU. a la pronta transferencia del Control Operacional en Tiempos de Guerra (OPCON, por sus siglas en inglés), con el fin de que el país desarrollare y mejore por sí mismo la estructura del Ejército y sus capacidades defensivas.
Según ha informado la agencia Yonhap, el mandatario surcoreano asegura que la medida permitirá "castigar" y responder de manera más eficaz a cualquier "provocación" de Corea del Norte.
"Corea del Norte nos temerá más y la gente tendrá más fe en nuestras Fuerzas Armadas cuando tengamos el control operacional", afirmó este jueves Moon, durante un discurso para conmemorar el 69° aniversario del Día de las Fuerzas Armadas.
Asimismo, el líder destacó que "sin una defensa fuerte, no podemos ni proteger ni hacer la paz", y por tanto, tener la capacidad de contraatacar las amenazas nucleares y balísticas norcoreanas, "es la tarea más urgente".
No obstante, los partidos de oposición del país consideran que el traspaso podría debilitar el vínculo entre Seúl y Washington, y disminuir los recursos provenientes de EE.UU., fortaleciendo más a Pionyang.
El 25 de junio de 1950 las fuerzas norcoreanas invadieron el Sur, dando inicio a la Guerra de Corea. En este conflicto, del lado de Seúl y bajo la bandera de la ONU, lucharon tropas de más de 20 países, incluyendo a EE.UU. El enfrentamiento terminó en 1953 con un armisticio, que aún está en vigor.
Desde entonces, en tiempos de paz, Corea del Sur mantiene el control operativo de sus Fuerzas Armadas, pero en caso de guerra, el comandante de las fuerzas militares de EE.UU. en Corea del Sur automáticamente obtendría el control de las tropas. A finales del 2015 estaba prevista la trasferencia, pero fue aplazada de forma indefinida por la predecesora de Moon, Park Geun-hye.
EE.UU. mantiene 28.500 efectivos en territorio surcoreano como rezagos de la Guerra de Corea y con el compromiso de defender a su aliado en caso de un enfrentamiento con Pionyang.