El Consejo de Seguridad de la ONU debe tomar "medidas urgentes" para detener las atrocidades y las violaciones de los derechos humanos cometidas en Siria por la coalición encabezada por EE.UU., afirmó el ministro de Exteriores sirio, quien denunció a la alianza y su presencia indeseada como "ilegal".
Damasco exige un alto a los ataques aéreos "sistemáticos" liderados por Washington, que, afirma el gobierno sirio, sólo ayudan a los terroristas, al tiempo que quitan la vida a civiles y destruyen hogares e infraestructura vital en Siria, informa la agencia SANA.
El uso del fósforo blanco
En cartas dirigidas al secretario general de la ONU y al presidente del Consejo de Seguridad, el ministerio de Relaciones Exteriores sirio destacó dos ejemplos recientes del poder "ilegal" y destructivo de las incursiones aéreas dirigidas por EE.UU.
Así, denuncia que aviones de la coalición internacional usaron bombas de fósforo blanco para atacar este miércoles las afueras de la ciudad de al-Sour, ubicada en el noreste de la provincia de Deir Ez-zor. Al menos tres civiles murieron en el bombardeo, y otros cinco resultaron heridos. El ataque también destruyó una serie de hogares y otras estructuras.
Si bien el uso de fósforo blanco y otras armas incendiarias similares contra zonas residenciales está prohibido en virtud del Protocolo III de la Convención sobre Armas Convencionales (CCW), su utilización contra los combatientes no está específicamente prohibida, lo que permite a algunas naciones, incluyendo EE.UU., emplearlos en zonas de guerra.
Grupos de derechos humanos han condenado repetidamente el uso de tales armas en Irak y Siria por parte de la coalición encabezada por Washington, e instan a las partes a desistir de usar bombas de fósforo blanco en áreas pobladas.
Ayuda a los terroristas
En otro incidente ocurrido un día antes, según la carta, los aviones dirigidos por EE.UU. llevaron a cabo ataques en la ciudad de Markada, en el sur de la provincia de Hasakah, en el noreste de Siria. Al menos tres civiles sirios fueron asesinados, además de seis miembros de una familia iraquí que se establecieron en Siria después de huir de la batalla de Mosul, en el país vecino.
Tras calificar los ataques de la coalición como "crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad", el gobierno sirio cree que el bombardeo liderado por EE.UU. sólo ayuda a los terroristas que están en el terreno.
Las cartas también recordaron a los diplomáticos de la ONU que hace aproximadamente un año, la coalición bombardeó las posiciones del gobierno sirio cerca de la entonces sitiada Deir ez-Zor, matando a más de 60 soldados y allanando de tal manera el camino para la ofensiva del Estado Islámico que sobrevino inmediatamente después del ataque. Después de negar en un principio esos hechos, EE.UU. admitió la serie de ataques, que se prolongaron por más de una hora, y argumentó que se llevaron a cabo por "error".
El ministerio también subrayó que algunos miembros de la coalición encabezada por EE.UU. apoyan financiera y logísticamente al grupo terrorista Estado Islámico.
"Retírense de la coalición, por respeto a los derechos humanos"
Las cartas también han renovado la demanda de Damasco de que el Consejo de Seguridad de la ONU tome medidas inmediatas para detener los "crímenes bárbaros" y las "graves violaciones" del derecho internacional.
Damasco exhortó a los miembros de la coalición -al menos a los que respetan los derechos humanos y el derecho internacional- a abandonar la alianza dirigida por EE.UU.
Siria "pide a estos países, de quienes estamos acostumbrados a oír demandas de poner fin a todas las formas de agresión y por el respeto de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, retirarse de esta coalición que ha estropeado su reputación [la de estos países] y derramado en su nombre abundante sangre de los sirios", se lee en el comunicado.