Catt Gallinger es una modelo canadiense de Ottawa entusiasta de las modificaciones corporales, como lo demuestra el hecho de que luzca varios tatuajes y tenga la lengua bífida. Hace un mes decidió alterar el blanco de sus ojos por un tono violeta —su color preferido— por medio de una inyección de pigmento directamente en el globo ocular. Sin embargo, el tatuaje ocular no salió bien y la joven sufrió pérdida de visión.
El pasado 20 de septiembre Gallinger compartió en su muro en Facebook su traumática experiencia tras la operación, publicando fotos de su ojo dañado. Según se desprende de su comentarios, horas después de la intervención sufrió dolor agudo y la tinta empezó a desprenderse de su ojo. Al día siguiente no podía ni abrir el ojo debido a la enorme hinchazón. Semanas después su ojo sigue hinchado y la modelo ve borroso.
Estos efectos fueron causados por tinta no diluida y una inyección excesiva practicada con una aguja demasiado grande en escasos puntos de inyección, explica Gallinger en su primera publicación sobre el caso. En otro video la joven explica que la persona que le hizo la operación le dijo que "tenía bastante experiencia", si bien añade que la culpa es suya por haberle creído.
Desde que empezó a sentir los primeros síntomas, la joven recibió atención médica y tuvo que tomar antibióticos y, después, esteroides. La modelo indica en su página en Facebook que los médicos contemplan someterla a una posible operación quirúrgica para retirarle el resto de la tinta, mientras no le aseguran con certeza que pueda recuperar su visión.
Gallinger indica que el autor del desafortunado tatuaje ocular fue su exnovio Eric Brown, que le puso una inyección el pasado 5 de septiembre en un estudio de tatuaje en Arnprior, ciudad de la provincia Ontario. Gollinger lo acusa de cometer varios errores durante el procedimiento, pero Brown niega las acusaciones.
"Creo de todo corazón que no fue mi culpa", escribió en un correo electrónico a CBC News, señalando que Gallinger no hizo lo debido para proteger su ojo después de la inyección. Brown afirma haber hecho tatuajes de este tipo más de 20 veces y reconoce que este es el segundo caso fallido. En otra ocasión anterior el tatuaje no salió bien debido a que caspa de gato se metió en el ojo de su cliente.
En los últimos años se ha hecho bastante popular el cambio de color del globo ocular entre los aficionados a someterse a modificaciones corporales. Según advierte en su sitio el tatuador Luna Cobra, que se atribuye la invección de este tipo de tatuaje en 2007, existen muchos imitadores que han provocado daños visuales a sus clientes por no disponer de los conocimientos, el entrenamiento y la experiencia adecuada.