El Parlamento de Francia ha aprobado este martes un proyecto de ley antiterrorista propuesto por el Gobierno que contempla un aumento de la vigilancia de las fuerzas de seguridad, lo que podría reflejarse en una merma de los derechos civiles, según los críticos de la legislación. La ley, que pondría fin al estado de emergencia vigente desde los atentados en París de noviembre de 2015, haría permanentes algunos poderes de emergencia del Gobierno.
La Asamblea Nacional —cámara baja del parlamento francés— aprobó el proyecto de la ley por 415 votos a favor y 127 en contra. Se prevé que la ley entre en vigor el próximo 1 de noviembre, cuando acaba el estado de excepción, pero a partir del 9 de octubre está previsto que se reúna una comisión mixta bicameral para limar divergencias que suscitan los textos.
Una vez aprobada, la ley antiterrorista permitiría al Ministerio de Interior establecer zonas de seguridad donde sería posible restringir el movimiento de personas y de vehículos, así como realizar búsquedas. También reforzaría los poderes de la Policía en materia de vigilancia y haría más fácil el procedimiento necesario para cerrar mezquitas sospechosas de propagar el odio o justificar el terrorismo.
Un estado de emergencia "permanente"
El ministro del Interior Gerard Collomb defiende al proyecto de la ley, afirmando que "ayudará a proteger a los franceses" ahora que el país "todavía está en guerra" contra terrorismo. En este sentido, para Collomb la propuesta legislativa busca "un equilibrio entre la seguridad y la libertad", informa Reuters.
Sin embargo, el proyecto de ley ha sido objeto de críticas entre los defensores de derechos humanos. "Lo que nos indigna es que se trata de un estado de emergencia que se haría permanente e interferiría con nuestras libertades", comentó a AFP la jefa de la Comité Consultativo Nacional de Derechos Humanos estatal de Francia, Christine Lazerges.
Más de 240 personas fueron víctimas de atentados en Francia desde 2015 perpetrados por terroristas leales o inspirados por el Estado Islámico, indica Reuters. El último ataque, perpetrado el 1 de octubre en la estación de Saint Charles de Marsella, se saldó con dos muertos.