Un arqueólogo británico asegura haber levantado el velo de misterio que envuelve el mítico poseedor de la espada mágica Excalibur. ¿Existió de verdad este héroe de la mitología celta tantas veces llevado al cine?
Miles Russell, arqueólogo especializado en arqueología romana y prehistórica de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido), ha realizado un análisis forense de una serie de textos medievales, entre ellos la famosa 'Historia Regum Britanniae' de Godofredo de Monmouth escrita en 1136, y ha llegado a la conclusión de que el rey Arturo "nunca existió como individuo".
Según él, el rey Arturo encarnaba la esencia de caudillos que le precedieron, y que fue creada para hacer las veces de "superhéroe celta" para los británicos en el siglo XII. "Cuando empiezas a estudiar al rey Arturo con detenimiento, te das cuenta de que es una amalgama de al menos cinco personajes distintos", sostiene Russell.
Según el arqueólogo, la figura clave en la creación de la leyenda del rey Arturo fue un hombre llamado Ambrosius Aurelianus, que vivió a finales de los años 400. Un 39% del mítico personaje fue tomado prestado de Magnus Maximus, general romano que vivió en torno al año 380. Sin embargo, el mito de Arturo también bebería del emperador romano Constantino I (8%), del caudillo Arvirargus del siglo I d.C. (24%) y del líder militar Casivelono que combatió a Julio César en el 54 a.C (12%).
"Es un eco de todos estos individuos: lo que hizo Godofredo de Monmouth fue crear un superhéroe celta de su tiempo, un personaje para los británicos compuesto de las mejores partes de aquellos individuos que vivieron antes", explica Russell.
¿Y quién es el rey Arturo que llegó hasta nuestros días? El arqueólogo británico sostiene que es un personaje ficticio, a cuya figura otros escritores luego añadieron Camelot, la Mesa Redonda, el Santo Grial e incluso el triángulo amoroso de Ginebra y Lanzarote del Lago.
Según la historia original, que es la de "conquista y agresión", el "superhéroe celta" se dirige a Europa con un ejército para forjar un gran imperio y su imagen es la de un personaje "profundamente desagradable y antipático", explica el científico.
"Esta es la magia del Rey Arturo: cada generación lo reinventa y añade algo nuevo a la mezcla", concluye Russell, agregando que para entender quién era en realidad hace falta volver al relato original.