"Nací en cautiverio, como un animal de zoo": Un argentino relata el horror de las desapariciones

Guillermo Pérez Roisinblit recordó los trágicos hechos que vivió su familia en 1978, cuando él aún no había nacido. "No podemos dejar que esto vuelva a pasar. No puede haber más desaparecidos", sentenció.

Los primeros 21 años de su vida era conocido como Guillermo Francisco Gómez. Nació en cautiverio, en la siniestra Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en Buenos Aires, donde su madre secuestrada lo parió atada sobre una mesa, y creció en una familia impostada. No llegó a conocer a sus verdaderos padres y tampoco sabe con exactitud cuándo es el día de su cumpleaños.

Lo que sí conoce es el horror de las desapariciones masivas y la impunidad que reinaba en Argentina durante la dictadura militar. Guillermo consiguió recuperar a su hermana y su abuela y adoptó el nombre de Guillermo Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit. Se devolvió los apellidos de sus padres, José Manuel Pérez Rojo y Patricia Julia Roisinblit, así como el nombre que le querían dar, Rodolfo.

Reconstruyó su vida, conoció su origen y formó una familia, "pero todos los 6/10 siguen siendo iguales". "Un día como hoy, pero de 1978, yo aún no había nacido. Cursaba mi 8vo mes de gestación. Tenía a mis papás y una hermanita de 15 meses", empieza el relato de su vida en su cuenta de Twitter.

Su historia ya es conocida, pero la ha vuelto a contar, no solo porque necesite contarla, sino también "porque no podemos dejar que esto vuelva a pasar". "No puede haber más desaparecidos. No más", recalca Guillermo.

Secuestraron a su madre y a su hermana, a la que posteriormente dejaron en casa de unos familiares paternos. Su padre fue torturado. El parto de su madre en la ESMA fue asistido por Jorge Magnacco, médico de la Armada Argentina acusado posteriormente por crímenes de lesa humanidad.

"Uno de los que mantuvieron a mis padres secuestrados, personal de inteligencia de la Fuerza Aérea, junto a su pareja no podían concebir. Los militares vieron con buenos ojos que fueran ellos quienes se quedaran conmigo", relata el hombre. "Ya no era Rodolfo, como quería nombrarme mi papá en honor a un amigo y compañero caído. Guillermo era mejor", agrega.

Gracias a una denuncia anónima telefónica, la ONG Abuelas Plaza de Mayo, que busca "localizar y restituir a sus legítimas familias a todos los niños apropiados por la última dictadura", encontró a Guillermo, quien recuperó a su abuela Rosa Roisinblit, vicepresidenta de la organización. También recuperó a su hermana.

Sus apropiadores fueron juzgados en 2004. Francisco Gómez fue condenado a 10 años de prisión y Teodora Jofré, a tres años y medio. El año pasado consiguió llevar a juicio a tres de los que participaron de su secuestro y este 6 de octubre se cumplió un año de la sentencia. "Se hizo justicia, pero paradójicamente no fue justo. Aún no sabemos nada de mis padres. Continúan desaparecidos desde hace 39 años", señala Guillermo.

Los tiempos del Gobierno de la Junta Militar se acabaron, pero vinieron otros, "donde se relativiza el accionar de genocidas desde el seno del Gobierno", sostiene el nieto restituido. "Tiempos en que funcionarios niegan el plan sistemático de robo de bebés, en que la violencia institucional se acrecienta y se callan voces", concluye.