Hace 525 años, Cristóbal Colón llegó por primera vez al continente que luego se llamaría América a bordo de tres buques: la Santa María, la Niña y la Pinta. A pesar de ser tan importantes para la historia de la humanidad, no existen restos de su existencia en ningún museo.
Durante siglos, arqueólogos y buscadores de tesoros han intentado encontrarlas sin éxito. ¿Por qué?
Malas condiciones de conservación
Las notas de viaje del almirante genovés constatan que la embarcación más importante —la Santa María— encalló durante su primer viaje en la costa de lo que hoy es Haití y Colón ordenó utilizar su madera para construir el Fuerte Navidad, la primera población española en el Nuevo Continente.
Hace tres años, el explorador marino estadounidense Barry Clifford creyó encontrar sus restos, pero la Unesco desmintió esa información cuando concluyó que eran de un periodo posterior.
El motivo de que resulte realmente difícil hallar restos de barcos construidos hace cinco siglos en el Caribe es que en esa región viven los teredos, unos moluscos con forma de gusano que se alimentan de madera. Además, inclemencias climáticas como los huracanes podrían haber arrastrado esos objetos a cientos de kilómetros del lugar donde se encontraban.
Transformaciones del paisaje
Desde finales del siglo XV, la costa de las islas que visitó Cristóbal Colón se ha transformado por la deforestación y sedimentación, que han modificado el paisaje y dificultan la búsqueda.
Greg Cook, un arqueólogo que buscó restos de barcos que formaban parte de la Cuarta Flota del aventurero en la bahía de Santa Ana (Jamaica), explicó que necesitó extraer alrededor de seis metros de sedimento para encontrar evidencias del paisaje histórico.
Esto complica la utilización de técnicas de búsqueda como el sonar lateral y minimiza el efecto de utensilios como el magnetómetro, ya que las naves de la época contenían poco metal.
Falta de registros
Cook recuerda que "nadie ha podido determinar de manera convincente" qué sucedió con la Pinta y la Niña tras su regreso a Europa.
Se sabe que la Pinta fue la carabela que regresó más rápido a España después del primer viaje de Cristóbal Colón. En febrero de 1493 llegó a Bayona (Galicia) y el 15 de marzo arribó al puerto de Palos de la Frontera (Andalucía), pero ahí se pierde su rastro.
Por su parte, la Niña participó en el segundo viaje de Colón y aguantó el empuje de un huracán en 1495. Años después, fue atacada por piratas y estuvo en la isla de Cerdeña. Tras ser recuperada, hizo un nuevo viaje a Haití... y ese es el último registro que se tiene de su existencia.