La fuga de empresas de Cataluña se ha convertido en una estampida debido a los crecientes temores de un entorno empresarial inestable. Casi 400 compañías han abandonado la región, a sabiendas de que no formarían parte de la Unión Europea (UE) en una Cataluña independiente.
"Es imposible que Cataluña sobreviva sin ningún reconocimiento de la UE, y no lo recibirá. Esto destruye el argumento de la secesión", comentó a RT Daniel Lacalle, economista en jefe de Tressis. El experto precisa que la economía catalana colapsaría en este escenario, pues vende más del 80 por ciento de sus productos al resto de la UE.
"Este es el 'tiro de gracia' para la percepción de ciencia ficción de los separatistas acerca de su posición económica, y es la evidencia del desastre de la economía separatista", aseveró Lacalle.
Previo a la decisión de las autoridades catalanas sobre la independencia, el Gobierno español cambió la ley para facilitar a las corporaciones el traslado de sus sedes hacia otras partes del país. Solo entre el 9 y el 10 de octubre 389 sociedades realizaron ese trámite, según estadísticas del Registro Mercantil citadas por 'ABC'.
Cálculos de fantasía
Los catalanes que apoyan la independencia creen que la región gozaría de un superávit una vez que se eliminen los tributos al Gobierno federal. Sin embargo, el economista afirma que sus cálculos son una fantasía.
"Ellos admiten que tendrán que financiarse mediante bonos patrióticos y bonos pagaderos con mayores impuestos futuros", aseguró Lacalle, afirmando que los catalanes se enfrentarían a un déficit anual de unos 16.000 millones de euros "siendo conservadores".
"No les alcanzará para cubrir sus necesidades de financiación más el costo de la secesión", señaló. "Y esto sin tomar en cuenta la pérdida de ingresos de las empresas que se han ido", acotó.