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El anarquista que ataca a las grandes farmacéuticas enseñándole a hacer sus propios medicamentos

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Se llama Michael Laufer y tiene una misión: impedir que los precios de los medicamentos dificulten el acceso a los pacientes necesitados.
El anarquista que ataca a las grandes farmacéuticas enseñándole a hacer sus propios medicamentos

Las grandes multinacionales farmacéuticas tienen el inmenso poder, ampliamente cuestionado y dudosamente ejercido, de poner precio a los medicamentos. Muchas veces, esos precios dificultan el acceso de los enfermos a los medicamentos que necesitan. Pero ese oligopolio de corporaciones farmacéuticas no sólo tiene poder: también tiene enemigos. Quizá el más pintoresco de ellos sea Michael Laufer, un anarquista experto en física de partículas que se ha propuesto enseñar a los pacientes a elaborar sus propias medicinas. 

Para ello, Michael Laufer capitanea el proyecto 'Four Thieves Vinnegar', un colectivo anti-sistema que se ha propuesto combatir los problemas de acceso a los medicamentos de los pacientes que carecen de seguro medico, y han decidido hacerlo por la vía más directa, la del "hágalo usted mismo". "Hemos diseñado un reactor de laboratorio automatizado de código abierto, que se puede construir con piezas de uso corriente y puede configurarse para sintetizar diferentes medicamentos. Esto salvará cientos de miles de vidas", aseguran en su página web, en la que también explican detalladamente cuál es su misión y aceptan donativos. 

En el siguiente vídeo, podemos ver uno de los logros más consistentes de Laufer y su equipo: han sido capaces de enseñar a los pacientes, a través de un medio tan popular y accesible como Youtube, a elaborar su propio dispositivo auto-inyector de epinefrina, por un precio aproximado de 30 dólares (cuando el precio en el mercado de uno de estos artefactos puede rondar los 300 euros). El uso habitual de este dispositivo es para el tratamiento de reacción alérgica aguda para evitar o detener el shock anafiláctico". 

Por supuesto, su iniciativa no está exenta de polémicas y reparos. Aunque ninguna de las grandes empresas farmacéuticas se ha pronunciado sobre este incipiente fenómeno ni han tratado de impedirlo, el carácter rudimentario y doméstico de su propuesta despierta algunos recelos en un mundo tradicionalmente estrictamente acostumbrado a dejar todo lo relacionado con la medicación en manos de las compañías productoras de fármacos.

Medidas "desesperadas" y "temerarias"

Un reportaje publicado en la web 'Statnews' recoge las interesantes declaraciones de un profesor de la Oregon Health and Science University llamado Vinay Prasad, al que presentan como alguien que "no es amigo de la industria farmacológica". Este profesor opina en cualquier caso que es "temerario" enseñar a los pacientes a manufacturar químicamente sus propios medicamentos. Su interpretación sobre este fenómeno se resume en dos lúcidas nociones: "Son medidas desesperadas para tiempos desesperados", dice en relación al precio de los medicamentos, frecuentemente abusivo, frente a la situación de pobreza de muchos pacientes necesitados, y añade que Michael Laufer y su colectivo son "un síntoma más de la enfermedad, y la enfermedad es el precio de los medicamentos". 

Por su parte Laufer considera que impedir el acceso de los medicamentos a los pacientes en peligro de muerte constituye un "asesinato" y por lo tanto, los juicios morales sobre su conducta o las implicaciones legales le parecen considerablemente menos graves. 

 

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