El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha asegurado este viernes que su país aboga por el regreso a EE.UU. de las armas nucleares que este país tiene ubicadas en Europa, así como por que se ponga fin a las así llamadas "misiones conjuntas de la OTAN" que, según afirmó, "prevén, en contra del tratado de la no proliferación, la incorporación de los miembros no nucleares de la Alianza a la planificación y los ejercicios de uso de las armas nucleares".
En este sentido, Lavrov también ha recalcado que Moscú mira "con preocupación" los esfuerzos de los países miembro de la OTAN para modernizar "las aeronaves de doble uso diseñadas para llevar a cabo tareas tanto convencionales como nucleares". Todas estas actividades aumentan el riesgo de que las armas nucleares puedan llegar a usarse, advirtió.
Asimismo, el canciller ha recalcado que Moscú "no recibe ninguna respuesta" de Washington ni de sus aliados en lo referente a mitigar los riesgos relacionados con la creación de un sistema global antimisiles. En este sentido, lamentó que Washington trate de "presentar a Rusia como un serio infractor" del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Más Corto (INF), que fue firmado por ambos países en 1987 para eliminar los misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales con un rango de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Lavrov considera que la propia actitud de Washington hacia el documento "no contribuye en que se resuelva la situación" y opina que si diálogo entre ambas naciones ha empeorado "no ha sido por culpa de Moscú".
"Moscú y Washington tienen una gran responsabilidad ante el mundo entero"
En el marco de la sesión final del XIV foro anual del Club Internacional de Debates Valdái celebrada este jueves, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, aseguró que Moscú y Washington "tienen una enorme responsabilidad ante el mundo entero" en su papel de "principales potencias nucleares". Asimismo, estimó que la total desnuclearización del mundo es posible, un objetivo que su país "quiere" y que seguirá persiguiendo con insistencia.
En relación a la crisis en la península coreana, el mandatario ruso dijo que su país rechaza los ensayos nucleares de Pionyang, y abogó por poner fin a las tensiones en la zona "a través del diálogo" y no con "peleas e insultos". Según advirtió, la situación con Corea del Norte es "extremadamente peligrosa" y no está claro que "se pueda detener a Pionyang con un solo ataque de decapitación". Asimismo, criticó a Washington por haber introducido nuevas sanciones contra el país asiático "pese a los acuerdos cerrados" por ambas partes.
El presidente también se refirió a las relaciones entre su país y EE.UU. y consideró que el mayor error de su país en relación a Washington de los últimos 15 años ha sido el exceso de confianza. "Nos mostramos demasiado confiados, mientras que su error fue considerar esta confianza como debilidad y abusar de ella", dijo el presidente, que abogó por "pasar página y trabajar como socios iguales".