La temporada del ritual funerario 'famadihana' ha coincidido con el mayor brote de peste bubónica y neumónica que ha sufrido Madagascar en los últimos años, por lo cual las autoridades de la isla africana temen que la exhumación de cadáveres conduzca a una propagación aún mayor de esta enfermedad mortal, informa AFP.
Durante el 'famadihana' los familiares sacan a sus difuntos de las tumbas, los envuelven en un nuevo sudario, los levantan en brazos y bailan alrededor de la tumba acompañados por música en vivo. Al cabo de unas horas vuelven a depositar a los muertos dentro de su sepultura.
"Si una persona muere a causa de la peste pulmonar, y luego su tumba se abre para celebrar el 'famadihana', la bacteria aún puede transmitirse y contagiar a aquellos que estén en contacto con el cuerpo", explica la prohibición el jefe de personal del Ministerio de Salud, Willy Randriamarotia.
Sin embargo, esta interdicción no detiene a los residentes de Madagascar, quienes consideran que es su deber honrar la memoria de sus familiares difuntos.
"Siempre llevaré a cabo los rituales necesarios con los huesos de mis antepasados, haya o no peste. La peste es una mentira", afirma Helene Raveloharisoa, una lugareña.
"Durante mi vida he participado en al menos 15 ceremonias de 'famadihana' y nunca me he infectado con la peste", insiste Josephine Ralisiarisoa, otra mujer que está en contra la prohibición.
Los habitantes de la isla creen que solo gracias al ritual de 'famadihana' pueden obtener la bendición de sus antepasados, por lo que no quieren suspender la celebración. Mientras tanto, el brote —que afecta el país desde finales de agosto— ha dejado 124 muertos, y el número de los infectados ya ha superado las 1.100 personas.