En el año 2000, México vivió un momento histórico. Los ciudadanos eligieron como presidente de la República a Vicente Fox Quesada, candidato del Partido Acción Nacional (PAN) y entonces máxima autoridad de la división de América Latina de una de las empresas refresqueras más famosas del mundo.
El 2 de julio de aquel año, el triunfo de Fox acaparó los titulares nacionales e internacionales, ya que se trataba del primer contendiente al Ejecutivo Federal que derrotó con un amplio margen de sufragios al Partido Revolucionario Institucional (PRI), la fuerza política con mayor hegemonía en México.
Con la derrota del PRI y la presunta transición democrática del PAN, surgió en el país uno de los grupos más temibles del crimen organizado. Se trataba de Los Zetas, un comando armado que fungía como escolta del Cártel del Golfo, liderado por el narcotraficante Osiel Cárdenas Guillén.
Pero poco importaba la inseguridad o el narcotráfico. México estaba de fiesta en el año 2000. Fue justo en aquellos años cuando las bandas del crimen organizado comenzaron a expandirse y a adquirir grandes porciones del territorio nacional para sembrar y crear centros de distribución de estupefacientes.
Los capos de la última letra
De acuerdo con el informe más reciente de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés), Los Zetas surgieron "como un cártel independiente a principios del año 2010, cuando se independizaron oficialmente del Cártel del Golfo". Sin embargo, hay reportes de que esta organización criminal operaba años atrás.
El investigador mexicano Diego Enrique Osorno asegura en su libro 'La guerra de Los Zetas' que este grupo de sicarios "tienen una clara influencia de las pandillas estadounidenses". En cuanto a su aspecto físico, Osorno agrega que "se depilan parte de la ceja, se cortan el pelo como si estuvieran marcados por una cazuela y usan aretes de estrella".
Consultado por RT en Español, el estudioso del narcotráfico en México agregó: "Algunos integrantes de Los Zetas son desertores del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) de México, pero otros más son jóvenes que han encontrado en la violencia y el narcotráfico una posibilidad de ser protagonistas de una sociedad que les ha cerrado las puertas".
RT cuestionó al también periodista acerca de las áreas de control que actualmente poseen Los Zetas. Osorno respondió: "Los capos de la última letra eligieron el estado de Nuevo León para establecer su centro de mando, ya que este es uno de los corredores de la droga más disputados por los cárteles, debido a su cercanía con EE.UU., el mayor consumidor de enervantes en el mundo".
Violencia desmedida
En entrevista con RT, Ricardo Ravelo, autor del libro 'Zetas, la franquicia criminal', aseguró que "desde el año 2007 hasta el 2012, los narcotraficantes Heriberto Lazcano, alias 'El Lazca', y Miguel Ángel Treviño Morales, mejor conocido como 'El Z-40' posicionaron dicha organización como el cártel más sanguinario de América Latina".
El especialista en temas de seguridad añadió que "tras la caída de Osiel Cárdenas Guillén en 2003 Los Zetas se agruparon para tener el mayor control de los estados mexicanos de Nuevo León, Zacatecas, Coahuila, Morelos, Hidalgo, estado de México y Ciudad de México".
Según contó Ravelo a RT, "tras su separación con el Cártel del Golfo, Los Zetas comenzaron a reclutar a exmilitares, con quienes impusieron un baño de violencia en México, el cual consistía en el entierro de rivales, decapitaciones, amenazas de muerte lanzadas a los círculos del poder político, hasta lograr su hegemonía para convertirse en una rentable franquicia criminal".
En el libro 'Dying for the truth' ('Muriendo por la verdad'), escrito por los reporteros que fundaron 'El blog del narco', aparecen diversas instantáneas explicando cómo Los Zetas y otras organizaciones criminales impusieron su poder a través del terror y con la ayuda de jóvenes sicarios mexicanos.
En la misma publicación aseguran que, "a pesar de los esfuerzos del Gobierno de México, los golpes contra el crimen organizado han sido selectivos", argumentando que la incesante ola de violencia "provocó el surgimiento de grupos tan poderosos como Los Zetas y la Familia Michoacana", quienes dejaron un saldo de más de 70.000 muertos del 2006 al 2011, años en que el cártel de la última letra alcanzó su apogeo.
Un cártel en declive
Un informe de la DEA asegura que, luego de la captura de sus líderes, así como "la presión de los cárteles rivales, la aplicación de la ley mexicana y los conflictos internos", Los Zetas han perdido fuerza y terreno en el contrabando de drogas en México y EE.UU.
Asimismo, el informe añade que actualmente "Los Zetas están divididos en dos células rivales: el Cártel del Noreste, que representa una forma renombrada de los principales zetas; y Los Zetas de la Vieja Escuela, un grupo disidente".
La dependencia de seguridad estadounidense también aseguró que ambas escisiones de Los Zetas transportan ilegalmente la mayoría de su mercancía a través del área fronteriza de Texas, en EE.UU, con una base o centro de mando en Nuevo Laredo, México".
De acuerdo con la DEA, Los Zetas bajo el liderazgo de Juan Gerardo Treviño Chávez, mejor conocido como 'El Huevo', trafican cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana desde México a través de centros de distribución en Laredo, Dallas, Nueva Orleans y Atlanta, en EE.UU.
José Luis Montenegro