Los científicos han logrado probar de que el alzhéimer puede transmitirse a través de transfusiones de sangre y operaciones quirúrgicas, informa la revista 'New Scientist'. Un reciente estudio ha demostrado que la proteína implicada en el desarrollo del mal neurodegenerativo se puede propagar entre ratones que comparten sangre.
Para llevar a cabo el estudio los científicos conectaron quirúrgicamente a ratones sanos con otros a los que les inocularon la proteína beta-amiloide asociada a la enfermedad, de forma que compartieran su sistema sanguíneo. Con el paso del tiempo, a medida que las placas de la citada proteína se formaban en sus cerebros, el tejido cerebral de los animales sanos comenzaba a deteriorarse. Es decir, en sus cuerpos también empezaba a desarrollarse el mal de Alzheimer.
La conclusión del experimento realizado con los pequeños mamíferos sugiere que la dolencia puede propagarse a través de la proteína beta-amiloide en la sangre. "La proteína puede llegar al cerebro desde un ratón que ha sido conectado [a otro] y causar neurodegeneración", afirma el investigador de la Universidad de British Columbia en Vancouver (Canadá) Weihong Song, que dirigió el citado trabajo.
Otro investigador, Gustaf Edgren, del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), aseveró en una línea similar que los resultados "muestran de manera convincente que es posible producir [las placas] en ratones simplemente conectando su circulación".
El experto escandinavo sugiere que la beta-amiloide podría ser un prion o una proteína patógena con una estructura alterada. "Se refuerza la idea de que la beta-amiloide es infecciosa de alguna forma y en realidad puede ser un prion o actuar como tal", concluye Edgren.