El otoño de 1917 dividió y cambió el mundo. El 25 de octubre Lenin proclamó el triunfo de la Revolución, o del 'Golpe de Octubre', como sus propios protagonistas llamaron inicialmente a los eventos de la noche del 24 al 25 de ese mes.
"Transcurrido un año de la existencia del poder soviético, todavía está de moda llamar al levantamiento de los bolcheviques 'aventura'. Efectivamente, fue una aventura y al mismo tiempo una de las aventuras más espectaculares a la que jamás se haya atrevido la humanidad. Es una aventura que irrumpió en la historia de los trabajadores para satisfacer sus grandes aspiraciones. Sin lugar a dudas, la Revolución rusa es uno de los acontecimientos máximos en la historia de la humanidad y la llegada al poder de los bolcheviques es un fenómeno mundial"; así resumió lo ocurrido en la capital de Rusia John Reed, reportero estadounidense y testigo de todos los acontecimientos en su libro 'Diez días que estremecieron el mundo'.
- La sociedad estaba cansada de la guerra;
- Los problemas sociales no resueltos durante la Revolución de Febrero y las crecientes demandas de grandes masas de la población en el marco de la crisis social y económica en curso (aumento de la inflación y déficit de alimentos), así como la efectiva propaganda de los bolcheviques;
- La falta de experiencia de la sociedad rusa para vivir en democracia; la ausencia de tradiciones y cultura políticas y, como consecuencia, el vacío de poder;
- La falta de una solución para el problema agrario, con gran cantidad de tierras en manos de los terratenientes y el empobrecimiento de los campesinos, que constituían la abrumadora mayoría de la población rusa;
- El poder dual, que sirvió de premisa para la lucha por el poder real;
- El aislamiento del poder tanto de la derecha como de la izquierda tras el fallido golpe de Estado del general Lavr Kornílov, el entonces comandante en jefe del Ejército ruso. Esta circunstancia marcó una fractura entre el Gobierno provisional y las fuerzas del orden;
- El papel personal de Lenin, que sabía qué había que prometerle al pueblo para tomar el poder.
Mediante una estrategia muy bien pensada consistente en propaganda contra la continuación de la guerra y múltiples promesas de hacer un repartimiento 'justo' de tierra y bienes, el Partido Bolchevique logró una mayor influencia entre las masas de obreros y soldados (estos últimos en su enorme mayoría eran de origen campesino).
En septiembre de 1917 tuvo lugar el proceso de 'bolchevización' de los Sóviets de los Diputados de Obreros y Soldados. Así, el Sóviet de Petrogrado (nombre que recibió San Petersburgo en 1914, al estallar la Primera Guerra Mundial) estaba encabezado por el bolchevique Lev Trotski, y el Sóviet de Moscú por el también bolchevique Víktor Noguín. En una situación tan ventajosa Lenin toma la decisión de organizar un levantamiento armado.
El Sóviet de Petrogrado estableció el Comité Militar Revolucionario presidido por Trotski, el cual empezó los preparativos para un levantamiento que comenzó el 24 de octubre de 1917. En las fábricas se organizaron destacamentos de 'guardias rojos', pero la fuerza del ataque principal, según los planes esbozados hacía varios meses, debían ser los marineros de la flota del Báltico. El 24 de octubre en el estuario del río Neva, que cruza San Petersburgo, entraron el crucero Aurora y varios buques torpederos.
Los días 24 y 25 de octubre, soldados y marineros revolucionarios y milicias de la Guardia Roja tomaron el telégrafo, puentes, estaciones ferroviarias, la central telefónica y el edificio del Estado Mayor, próximo al Palacio de Invierno, la sede del Gobierno provisional.
A pesar de que los bolcheviques tomaron el telégrafo, los ministros aún se podían comunicar con el exterior enviando órdenes y mensajes que convocaban a los regimientos de cosacos situados en las afueras de Petrogrado a defender el Gobierno. Pero ya nadie quería acudir en su ayuda.
Lenin y Trotski ordenaron el asalto al Palacio de Invierno. A las diez de la noche un cañón de la fortaleza de Pedro y Pablo disparó al aire: inmediatamente se produjo el disparo de salva del crucero Aurora, anclado en el río Neva. Al recibir la señal, los destacamentos de guardias rojos se lanzaron al Palacio de Invierno a través de la plaza del Palacio. Además de un grupo de cadetes de escuelas militares, entre los defensores del palacio se encontraba un batallón femenino.
Las mujeres fueron desarmadas y conducidas a la estación ferroviaria, de la que partieron hacia los cuarteles situados en los alrededores de Petrogrado. Las cadetes fueron liberadas con la promesa de que nunca tomarían las armas contra el poder bolchevique.
Los ministros del Gobierno provisional fueron arrestados, a excepción del presidente, Alexánder Kérenski, el cual pudo salir de Petrogrado gracias a la ayuda de la Embajada de los Estados Unidos. Los diplomáticos le prestaron un automóvil con placa y bandera estadounidense, lo que le permitió abandonar la capital sin pasar los controles de las patrullas bolcheviques.
El 3 de noviembre de 1917, tras varios combates en Moscú y la captura del Kremlin, defendido también por cadetes de escuelas militares, el poder soviético se impuso en la ciudad.
Muy pronto el poder soviético se proclama en Bielorrusia, Ucrania, Estonia, Letonia, Crimea, el Cáucaso Norte y Asia Central. La lucha revolucionaria en Transcaucasia se prolongó hasta el final de la Guerra Civil (1920-1921), que fue la consecuencia de la Revolución de Octubre de 1917.
Los días 25 y 26 de octubre de 1917, en Petrogrado se celebró el Segundo Congreso de los Sóviets de toda Rusia, en el que se formó el primer Gobierno soviético, el llamado Consejo de Comisarios del Pueblo (o SNK, por sus siglas en ruso). Lenin fue elegido como presidente del SNK y en seguida promulgó los dos primeros decretos de su Gobierno: el Decreto sobre la paz y el Decreto de la tierra.
El primero de ellos suspendió unilateralmente la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial y propuso a Alemania un tratado bilateral. De esta manera el nuevo poder soviético rompió la Triple Entente —la unión militar y política con Francia y Gran Bretaña—, en el seno de la cual estuvo combatiendo contra Alemania y el Imperio austrohúngaro durante la Primera Guerra Mundial.
Los bolcheviques ofrecieron a Alemania y a los demás países firmar una paz "sin reparaciones ni contribuciones". El nuevo poder soviético aceptó la pérdida de enormes territorios ocupados por el Ejército alemán. La paz fue firmada en la primavera de 1918 en la ciudad de Brest-Litovsk.
El Decreto de la tierra abolía la propiedad de los terratenientes, que pasaba a manos de los Sóviets locales para que la distribuyeran entre los campesinos. En total los Sóviets locales obtuvieron unos 150 millones de hectáreas. El Decreto de la tierra fue una de las medidas más importantes que les garantizó a los comunistas el apoyo sólido del sector agrícola y, por consiguiente, la victoria en la Guerra Civil de 1918-21.
Empezaba una nueva era en la historia de la humanidad…
La Revolución de Octubre planteó la justicia social como un principio sin el cual la existencia de la humanidad es imposible. Posteriormente incluso los países capitalistas adoptaron ciertos elementos del socialismo, como la regulación de los impuestos en función de los ingresos, el establecimiento de un salario mínimo, los seguros sociales o la gratuidad de la asistencia médica y la educación, entre otros.
La revolución inspiró a muchos pensadores e intelectuales y conllevó el surgimiento de varias tendencias artísticas.
La Revolución de Octubre seguirá siendo un acontecimiento controvertido debido a los grandos cambios que supuso para la historia de la humanidad, y que no permiten ignorarla.
Eugenio Smirnov