Entre los prominentes empresarios sauditas que han sido arrestados por las autoridades de Arabia Saudita, se encuentra el presidente de una de las constructoras preferidas de la monarquía de ese país y medio hermano del difunto líder de la organización terrorista Al Qaeda: Osama bin Laden, informa Associated Press.
Se trata de Bakr bin Laden, heredero de una de las familias más reconocidas de Arabia Saudita. Preside el Saudi Binladin Group, una compañía que prácticamente mantenía el monopolio de la construcción de los proyectos más importantes del reino.
El Grupo Binladin era visto como una parte de la economía saudita, y su éxito se ha basado en las buenas relaciones, aunque no transparentes, con la monarquía. Pero ese emporio también ha sido un pilar para que la familia real saudita pudiera retener el poder a lo largo de los años.
Hasta 201 personas, entre príncipes, ministros y exministros, y prominentes figuras empresariales sauditas han sido detenidas en el marco de la investigación anticorrupción iniciada por el príncipe heredero al trono, Mohamed ben Salmán. La Fiscalía saudita estima que al menos 100.000 millones de dólares han sido desfalcados a las arcas estatales a lo largo de décadas de malversación y corrupción.
Más de medio centenar de hermanos
Los críticos y observadores consideran que la purga lanzada por Salmán tiene como objetivo consolidar su poder, dejando de lado a sus posibles rivales y eliminando cualquier potencial oposición que pueda surgir contra sus iniciativas y mandato.
Desde la década de 1950, los Bin Laden han sido los principales contratistas de la familia real y no han estado exentos de controversia. La reputación de esa familia quedó en entredicho después de los atentados del 11-S en EE.UU., perpetrados por Osama bin Laden, uno de los más de 50 hijos del patriarca Mohamed bin Laden.
Después de los atentados del 11 de septiembre, los Bin Laden contrataron abogados y especialistas en relaciones públicas en EE.UU., para tratar de comunicar su desprecio por el líder de Al Qaeda y su disposición a cooperar con Washington. Mientras que en la década de 1990, bajo presión del Gobierno saudita, Bakr bin Laden despojó a su hermano de todas las acciones de la compañía y la riqueza de la familia. Al mismo tiempo, Riad retiró al líder de Al Qaeda la nacionalidad saudita.