En una entrevista concedida a RT, el ministro de Asuntos Exteriores del Líbano, Gebran Bassil, explicó que su país siempre ha optado por "mantener políticas constructivas y sólidas" con sus vecinos y otros Estados en el mundo árabe, pero esto no ha evitado "acciones hostiles" en su contra.
El canciller se refirió a la polémica dimisión del primer ministro libanés Saad al Hariri, anunciada desde Arabia Saudita. A su juicio, es un "buen ejemplo [que muestra que] virtualmente cualquier persona puede comenzar una guerra contra nosotros".
"Estamos listos para actuar en caso de tales acontecimientos, pero estamos tratando de hacer todo lo posible para evitar que esto suceda y para mantener una buena relación con Arabia Saudita", aseguró Bassil. Y si bien el Líbano se opone a cualquier interferencia en sus asuntos internos, subrayó, el país tampoco "aprueba algún ataque de sus ciudadanos contra Arabia Saudita".
El ministro libanés destacó que la situación actual parece involucrar a muchos más jugadores, mencionado en particular a Israel y EE.UU. "No deberíamos estar provocando a Israel a una guerra, simplemente porque es probable que la pierda. Debemos impedir que Israel comience una guerra, porque es seguro que el Líbano la ganará", afirmó.
"Cualquier país puede tomar medidas contra Hezbollah, como lo hace EE.UU. […] Creo que si nos apuntan a nosotros, castigarán a todo el pueblo del Líbano, y los que se atrevan a hacerlo también enfrentarán consecuencias. Habrá consecuencias para toda la región, para Europa", sostuvo.
Bassil indicó que actualmente en Oriente Medio existe una campaña contra el Líbano. Sin embargo ―resumió― "incluso si el Líbano es un probable ganador en una guerra, eso no significa que quiera luchar".