"Me duele. Tengo ganas de gritar que no soy culpable". Así describió sus sentimientos Olga Potylítsyna, representante de la selección rusa de skeleton en los Juegos Olímpicos de 2014 en Sochi, quien este miércoles fue descalificada de por vida por el Comité Olímpico Internacional (COI).
La atleta concedió una entrevista a RT, donde revela el duro momento que está viviendo tras conocer la medida punitiva del COI, que la tomó completamente por sorpresa.
"Incluso aquellos que son atrapados al utilizar dopaje" y que "confiesan su falta" tienen la oportunidad de "volver a competir tras cumplir con el castigo" temporal, mientras que "a nosotros nos descalificaron de por vida", se lamentó Potylítsyna y manifestó que no entiende "por qué el COI tomó semejante decisión".
Un golpe inesperado
La noticia sobre la sanción llegó de manera inesperada mientras Olga se encontraba con una amiga en una cafetería. Eran las 15:35 de la tarde del miércoles en Moscú, cuando sonó su teléfono y una voz desconocida le pidió comentar la medida tomada por el COI. Así se enteró la deportista de que no podría volver a competir en unos Juegos Olímpicos.
"Ni si quiera puedo imaginar lo difícil que debe ser", dijo la deportista en referencia a Alexánder Tretiakov y Yelena Nikítina, otros de los integrantes de la selección rusa de skeleton vetados de por vida, a quienes el COI decidió quitarles sus medallas obtenidas en Sochi para entregárselas a sus rivales. Estas medidas sin precedentes han sumido a los deportistas sancionados "en estado de shock", ya que la historia del skeleton no conoce "ni una sola investigación por dopaje".
Condenados sin pruebas
"No existe ninguna prueba sobre la culpabilidad de los competidores rusos", por lo cual "no me puedo imaginar cómo en el COI piensan demostrarla" afirmó Potylítsyna, que recordó que "todas las acusaciones se basan en las palabras de una sola persona", en referencia a los testimonios de Grigori Ródchenkov, exdirector del Centro Antidopaje de Moscú.
"Resulta que ningún atleta está a protegido" ya que, tras "someterse a la prueba de dopaje", esta es enviada a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) y allí "pueden comenzar a hablar de raspaduras" sobre el contenedor de la muestra, algo a lo que el deportista es totalmente ajeno.
Sanciones premeditadas
En vez de estudiar cada caso de manera separada, la comisión del COI sancionó a los deportistas rusos de manera colectiva, por lo cual "da la impresión de que sus sesiones fueron una mera formalidad" y que "las decisiones habían sido tomadas con antelación", sospecha Potylítsyna.
Según esta, la presión para que los representantes rusos en los Juegos Olímpicos de 2018 deban competir "sin su bandera ni su himno", revela que "verdaderamente se trata de un ataque contra el país" y que en esta situación "se está entrometiendo la política".
Desgracia ajena
"Dejen que nuestros rivales festejen" estas severas medidas del COI, "pero que no se olviden que ellos mismos podrán encontrarse en la misma situación", declaró la atleta en respuesta a aquellos deportistas extranjeros que no ocultaron su alegría al ver que sus colegas rusos habían caído en desgracia.