Los nuevos aviones de combate F-35 de Noruega cuentan con una impresionante variedad de artilugios de alta tecnología, pero los militares de ese país se sorprendieron al conocer una característica no anunciada: el caza retransmite datos confidenciales a su fabricante estadounidense, Lockheed Martin.
A principios de noviembre la Real Fuerza Aérea Noruega recibió los primeros tres cazas F-35 de los 40 aviones que encargó a la empresa estadounidense.
El mayor general Morten Klever, director del programa F-35, describió al caza furtivo de producción norteamericana como "crucial para la modernización continua de nuestras fuerzas armadas y nuestra capacidad para preservar la seguridad y los intereses de Noruega y nuestros aliados".
Junto con los aviones Noruega adquirió un archivo de datos de la misión del F-35 de la Fuerza Aérea de EE.UU. (53rd Electronic Warfare Group’s Partner Support Complex, en inglés). Se trata de un 'software' que permite a la aeronave realizar sus misiones principales y proporciona al piloto una "extraordinaria conciencia situacional".
No obstante, también tiene otra opción que ha dejado estupefactos y preocupados a los militares noruegos: después de cada vuelo un programa sofisticado transmite automáticamente datos confidenciales a los servidores de Lockheed Martin en Fort Worth (Texas).
"Debido a consideraciones nacionales, existe la necesidad de un filtro que permita a los países usuarios excluir datos confidenciales del flujo de datos que comparte el sistema con el fabricante Lockheed Martin", afirmó el consejero principal del Ministerio de Defensa noruego, Lars Gjemble, citado por ABC Nyheter.
Noruega ha encargado a Lockheed Martin 40 aviones de combate F-35, y se espera que compre otros 12. El costo estimado de la adquisición de los 52 cazas asciende a 8.360 millones de dólares, incluidos los equipos de apoyo, simuladores, armas y entrenamiento.