Las autoridades de Arabia Saudita, en particular el príncipe heredero Mohamed ben Salmán, están dispuestas a aprobar cualquier acuerdo entre israelíes y palestinos con tal de eliminar el principal obstáculo para estrechar lazos con Israel, un potencial aliado contra Teherán, cree el exasesor de seguridad de Benjamín Netanyahu, el general de brigada Yaakov Nagel.
Aunque oficialmente Israel y Arabia Saudita ni siquiera tienen relaciones diplomáticas, hace más de una década Riad propuso una iniciativa para mejorar las relaciones con Israel. La iniciativa de paz árabe, respaldada por la Liga Árabe, contiene un llamamiento para que el Estado hebreo se retire de los territorios ocupados, incluido Jerusalén Este, y logre "una solución justa al problema de los refugiados palestinos".
La reinstauración de las fronteras anteriores a 1967 sigue siendo el principal punto de referencia en cualquier discusión sobre un acuerdo pacífico entre Israel y los palestinos. Sin embargo, Arabia Saudita podría aceptar cualquier acuerdo entre las dos partes, opina Nagel, quien se desempeñó como director de seguridad nacional en el gabinete de Netanyahu entre enero del 2016 y mayo del 2017.
En unas declaraciones que recoge The Telegraph, Nagel calificó de inconsistente la propia iniciativa, pero admitió que es importante para Riad que las partes resuelvan formalmente el asunto. Los sauditas, dijo, "solo tienen que decir que hay un acuerdo entre Israel y Palestina", aseguró. "A ellos les importa un bledo el acuerdo al que se llegue".
La búsqueda de unos lazos más estrechos con Israel puede complicarle a la monarquía saudita las relaciones con el resto del mundo musulmán. Por esto, cree Nagel, Riad está dispuesta a respaldar cualquier pedazo de papel mientras pueda "decir que hay un acuerdo para dar los siguientes pasos".
Los palestinos, explicó el retirado general israelí, "no les gustan más que nosotros o menos que nosotros". Simplemente la situación actual es un obstáculo para su política exterior, y considera que el príncipe Mohamed sería capaz de eliminar ese obstáculo.
¿Acercamiento unilateral?
Las relaciones entre Israel y Arabia Saudita han experimentado un aparente acercamiento este mes, tan pronto como Riad acusó a Teherán y a su fuerza aliada en el Líbano, Hezbolá, de injerencias en los asuntos de otros países de Oriente Medio y de armar a los rebeldes chiitas en Yemen. Israel asimismo ha considerado siempre como una amenaza a Irán y a la organización chiita libanesa.
Justamente esta semana, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha revelado que su país está cooperando encubiertamente con algunas naciones árabes. El ministro de Energía de Israel, Yuval Steinitz, también ha confirmado recientemente que mantiene contactos con el mundo árabe, inclusive con Arabia Saudita. Los militares israelíes se declaran incluso dispuestos a compartir con Riad información de Inteligencia sobre Teherán, según reveló el jefe de Estado Mayor del Ejército israelí, Gadi Eizenkot, al periódico saudita Alaf.
A pesar de esta serie de revelaciones sin precedentes, Arabia Saudita rechaza firmemente que esté trabajando con Israel. "Las condiciones árabes son claras: dos Estados, con Jerusalén Este como capital del Estado palestino. Los otros asuntos los podrán resolver entre sí israelíes y palestinos", dijo en Egipto el ministro de Relaciones Exteriores saudita, Adel al Jubeir, que reafirmó que la posición de las naciones árabes siempre ha sido y es de apoyo a los "hermanos palestinos".